Sábado 03 de Mayo de 2008 > Internacionales
¿Protección ambiental o lucha contra la pobreza?
El objetivo de la Unión Europea es lograr en el 2020 que el 10% de su combustible sea de origen biológio. Esto empuja hacia arriba los precios mundiales de las materias primas de los alimentos.

Europa -y también Estados Unidos- se encuentran ante un dilema. Especialmente la Unión Europea (UE), que se considera pionera en la protección del clima, está en la picota debido a sus ambiciosas metas. Hambrunas, revueltas, guerras. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) advierten sobre posibles escenarios de horror.  

Dicho de una forma un tanto tosca, durante la sesión anual de ambas organizaciones en Washington la acusación fue: Para que su aire sea mejor, los europeos hacen que el pan diario sea inalcanzable para los más pobres del mundo y dejan que los cereales entren como biocombustible en los tanques de sus cuidadas limusinas.

También el objetivo de la UE de lograr que para 2020 del 10 por ciento de su combustible sea de origen biológico empuja hacia arriba los precios mundiales de las materias primas de los alimentos. ¿Debe tener la UE mala conciencia? "¡No!", opina la Comisión Europea, que formuló las metas de protección del clima de los 27 países miembros. "No vemos un gran peligro en que partes de la producción de alimentos se destinen a la fabricación de biocombustibles", afirmó el portavoz de la comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel.

El Viejo Continente tiene la capacidad de producir por sí mismo la mayor parte de las materias primas agrícolas para lograr la meta de los biocombustibles. Además de cosechas de mayor rendimiento y un mejor uso de la superficie, la Unión aún tiene potencial de crecimiento, aseguró. "En una serie de nuevos países miembros como Polonia, Bulgaria y Rumania tenemos grandes áreas que pueden ser plantadas". Y asegura que incluso si hasta 2020 nada cambia en la agricultura europea, "tendríamos que usar (sólo) 17 por ciento de nuestra superficie agrícola para alcanzar la meta (de los biocombustibles)".

La UE no sólo cree estar a la vanguardia en la protección del clima, sino también se considera el donante más generoso de ayuda al desarrollo. El año pasado fueron 46.100 millones de euros (71.000 millones de dólares), un 0,38 por ciento de PBI europeo. Para la Comisión es muy poco. Recientemente instó a los países miembros a realizar un mayor esfuerzo, para llegar en 2010 a la meta fijada de 0,56 por ciento. "De todas manera Europa sigue siendo el mayor donante a nivel mundial, especialmente en África", asegura la Comisión.

Pero no es sólo la presunta buena obra de mayor protección climática lo que pone en aprietos a la UE. También están las millonarias subvenciones agrícolas, que representan hasta 50.000 millones de euros (77.000 millones de dólares) anuales. Una parte de las subvenciones se destina a introducir excedentes agrícolas a precios de dumping en los mercados mundiales. ¿Excedentes? Sobre esta práctica discuten la UE y Estados Unidos en la actual ronda mundial de comercio. Y ni siquiera está claro si estos incluyen las anteriores ayudas alimenticias norteamericanas para los más pobres.

Al menos los granjeros norteamericanos agradecieron el negocio adicional con la sobreproducción. La ONG alemana Welthungerhilfe (Ayuda Alimenticia Mundial) pidió en el actual debate no destruir los mercados locales de los países en desarrollo con arroz o maíz subvencionado. Asegura que es equivocado abaratar artificialmente los precios de los alimentos, y que en cambio debe haber programas para ayudar a largo plazo a los campesinos en los países en desarrollo. Porque de los buenos precios en los mercados mundiales no sólo pueden beneficiarse los gigantes agrícolas de Europa y Norteamérica, sino también los países en desarrollo.

Pero al igual que en las décadas pasadas, el BM y FMI primero piden ayudas alimenticias. A raíz de la explosión de precios en los alimentos, se requieren con urgencia 500 millones de dólares (316 millones de euros) para el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, con el fin de enfrentar la emergencia.

Que esta supuesta crisis ahora sea planteada de forma especialmente drástica, probablemente tenga que ver con estos eventos. Gracias a la globalización, la pobreza disminuye en Asia, especialmente en India y China. Y allí las aspiraciones de la gente en cuanto a su comida aumenta cada día. Además crece la conciencia sobre el cambio climático en Europa y también en Nortemérica: Con urgencia se buscan alternativas a los combustibles fósiles. Y la paciencia del Primer con el Tercer Mundo disminuye: Los políticos de los países en desarrollo son presionados cada vez más para demostrar de una vez por todas éxitos en la lucha contra el hambre, las enfermedades y la educación insuficiente.

Fuente: DPA

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