Sábado 03 de Mayo de 2008 > Internacionales
A un año del caso Madeleine, el misterio continúa
Sus padres manifiestan disposición a colaborar, rechazan la posibilidad de que esté muerta y reconocen los esfuerzos de la policía. La desaparición de la niña provocó una operación sin precedentes.

Pasado un año de la desaparición de la pequeña británica Madeleine McCann, el 3 de mayo de 2007 en el balneario meridional portugués de Praia da Luz, las investigaciones no han dado ningún resultado y todas las nuevas informaciones circulantes se limitan a la especulación periodística.

Maddie, hija de los médicos británicos Kate y Gerry McCann, hace un año de vacaciones en la región de Algarbe, en el extremo sur de Portugal, desapareció de los apartamentos del complejo turístico Ocean Club de Praia da Luz, en el distrito de Lagos, mientras sus padres cenaban en un restaurante ubicado a poca distancia.

Toda la prensa portuguesa destaca hoy la efeméride en primeras páginas, editoriales, artículos de opinión y entrevistas de enviados especiales de los principales diarios, estaciones de radio y de televisión, que no tuvieron dificultades en ser recibidos por los McCann.

El común denominador de las entrevistas es su disposición para colaborar con la investigación, rechazar la posibilidad de la muerte de su hija y el reconocimiento de los esfuerzos de la policía lusa. En efecto, la desaparición de la niña provocó una operación sin precedentes en un país donde los secuestros infantiles no suelen ocupar a las autoridades, a lo que se unió el empeño del embajador del Reino Unido en Lisboa, que la prensa local interpretó como reflejo la relación personal entre los McCann y el primer ministro Gordon Brown.

No obstante, el misterio continúa. Los únicos "arguidos" -un termino legal en portugués intraducible a otros idiomas cuya equivalencia más próxima sería "investigados" o "indagados"- son Kate y Gerry McCann; Robert Murat, un inglés residente en Praia da Luz y un testigo, el ruso Sergei Malinka, ingeniero informático creador de la página Internet de la agencia inmobiliaria de Murat. Pasados nueve meses después de la recolección de rastros biológicos, enviados al sofisticado laboratorio forense británico de Birmingham, la Policía Judicial (PJ) lusa aún no recibió los informes finales de los análisis, revela en su edición de éste sábado el "Jornal de Noticias" de Oporto.

Al no haberse encontrado pruebas materiales para acusarlos de la muerte por negligencia, de acuerdo con la legislación portuguesa el matrimonio inglés podría ser acusado de negligencia y abandono de su hija menor en la noche entre el 3 y 4 de mayo.

En declaraciones a la radioemisora lisboeta TSF-Radio Jornal en la víspera, el abogado portugués de los McCann, Rogério Alves, afirmó que considera "altamente improbable" esta eventualidad. Por su parte, el Director Nacional de la PJ, Alipio Ribeiro, afirmó que sería "muy importante" la presencia de los padres de Maddie en caso de realizarse una reconstrucción del día de su desaparición.

El sonado caso ha causado también algunas bajas en las filas de la Policía Judicial lusa. El inspector Gonçalo Amaral, que coordinaba las investigaciones, fue relevado del caso a mediados del año pasado "por presiones británicas", según interpretó parte de la prensa portuguesa.

La presión sobre Amaral comenzó en la prensa sensacionalista británica, que llegó al punto de calificarle de borracho. En octubre pasado, tras declaraciones al "Diario de Noticias" de Lisboa criticando a Scotland Yard por "andar haciendo lo que la pareja (McCann) quería", fue apartado del caso y reemplazado por el inspector Paulo Rebelo.

Acto seguido, Amaral pidió su paso a la jubilación y en días pasados anunció la publicación de un libro, adelantando que en su lectura "va a triunfar la verdad y la justicia para una niña que no tiene voz, asesinada al anochecer del día 3 de mayo en el apartamento 5A del Ocean Club, en Praia da Luz". Todos esperan ahora el fin de la fase de investigación, que según los expertos en temas judiciales podría demorar otros dos o tres meses.

Hasta entonces, la información que pueda ser divulgada se sitúa tan sólo en el campo de la especulación periodística, debido a la restrictiva ley portuguesa que establece un riguroso secreto de sumario. Sin embargo, la legislación permite alargar este período hasta el límite de dos años y ocho meses, con el recurso de renovaciones, hasta que la Fiscalía decida iniciar el juicio o cerrar el proceso. Es decir que el caso podría cerrarse en enero de 2010.

Fuente: DPA

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