| ||
Bolivia ante un momento crucial | ||
Según el presidente boliviano Evo Morales, el país más pobre de Sudamérica está amenazado por un movimiento oligárquico respaldado por Estados Unidos en el departamento de Santa Cruz, que desea separarse del resto de la nación a través de un referéndum autonómico que se realizará este domingo. Contrariamente a lo que me aseguró el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, en una entrevista el miércoles, Morales y sus aliados en la región dicen que si Costas logra que el estatuto autonómico de Santa Cruz gane la votación por una mayoría abrumadora -algunas encuestas sugieren que puede obtener un 70%-, lo mismo ocurrirá en los referéndums autonómicos previstos para junio en los departamentos de Beni, Pando y Tarija, y que las regiones más ricas del país acabarán por independizarse. El mandatario venezolano Hugo Chávez presidió la semana pasada una cumbre de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba, realizada en Caracas, destinada a alertar al mundo sobre un supuesto plan "del imperio" para dividir a Bolivia. La dictadura cubana, a su vez, dijo en una declaración oficial que Bolivia está amenazada con la "desestabilización" impulsada por "los planes separatistas de la oligarquía". El miércoles le pregunté al prefecto de Santa Cruz en una entrevista telefónica si realmente está buscando la independencia de su provincia o de la región conocida como la "media luna" de Bolivia. "Es absolutamente falso", me dijo Costas. "Es la misma vieja historia que el gobierno central nos ha estado repitiendo desde hace más de 100 años. Todo lo que queremos es mayor independencia política, económica y administrativa, como ocurre en España". Contrariamente a lo que afirma Morales, una mayor independencia regional contribuirá a mantener unida a Bolivia, dijo Costas. Si España no hubiera admitido las autonomías regionales, el país podría haber terminado como la antigua Yugoslavia, agregó. Juan Carlos Urenda, un abogado graduado de Harvard que asesora a Costas y que es considerado por muchos como el ideólogo del movimiento autonomista santacruceño, me dijo en otra entrevista que el gobierno de Morales está usando su acusación de separatismo para desacreditar a quienes apoyan una mayor descentralización del país. "Bolivia es uno de los pocos países del mundo que en la actualidad sólo tiene dos niveles de gobierno: el nacional y el municipal. Y de lo que se trata aquí es de crear un gobierno intermedio, como en el 98% de los países del mundo", señaló. Santa Cruz afirma que contribuye con u$s 600 millones anuales a las arcas nacionales, pero que solamente recibe anualmente u$s 150 millones del Ejecutivo nacional. El departamento busca un mayor control de sus recursos, sin dejar de hacer aportes al Estado central, dicen los autonomistas. ¿Planean crear sus propias fuerzas armadas, tal como dice el gobierno de Morales?, le pregunté a Urenda. "Eso es falso", respondió. "Lo que establece el estatuto autonómico es una institución policial en concordancia con la policía nacional para algunas tareas específicas, como el control de carreteras, para garantizar el libre tránsito cuando hay bloqueos". ¿No es anticonstitucional el referéndum autonómico, como dice el gobierno?, le pregunté. Urenda señaló que es el gobierno de Morales el que transgredió la Constitución, porque en un referéndum vinculante realizado el 2 de julio del 2006, Santa Cruz votó a favor de incluir su independencia en la nueva carta magna, pero Evo ignoró ese voto y aprobó una reforma constitucional que sólo otorga autonomía a las comunidades indígenas y municipalidades que apoyan al Estado central. Además de esa movida para quitarles todo poder a los departamentos liderados por la oposición, Morales aprobó las reformas constitucionales por medio de la fuerza rodeando con cuerpos progubernamentales el edificio donde se realizó la votación en Sucre e impidiendo que los opositores ingresaran a la sala de votación, afirman los partidarios de la autonomía. Mi opinión: ambos bandos -el gobierno de Morales y las regiones que buscan una mayor autonomía- tienen razón en que la otra parte ha violado las leyes. Morales ha hecho aprobar, mediante la fuerza, una reforma constitucional destinada a crear un Estado socialista autoritario controlado por una mayoría étnica, y a quitarles todo poder a los gobernadores opositores. Y los prefectos están burlando las leyes electorales del gobierno para garantizar sus derechos y su supervivencia política. Es difícil predecir lo que pueda ocurrir después del referéndum del domingo, pero resulta claro que Morales está intentando cooptar las instituciones democráticas con su reforma constitucional, siguiendo el modelo de Chávez. Sólo que no tiene el petróleo de Chávez y la cosa se le ha hecho más difícil. Dudo de que el 70% de la población de Santa Cruz pueda ser calificada de oligarquía. Morales tendrá que decidir si reprime al pueblo santacruceño, algo que seguramente provocará derramamiento de sangre, o si incluye autonomías regionales como las de España en su Constitución. Ojalá que opte por esta última alternativa.
ANDRÉS OPPENHEIMER Especial para "Río Negro" (*) Periodista argentino. Analista internacional. Miami | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||