MADRID (DPA) - La organización separatista armada ETA colocó en la madrugada de ayer tres bombas en el País Vasco, en el norte de España, sin que se registraran heridos, pocas horas después
de la detención de una alcaldesa vasca acusada de colaborar con ETA.
El primer artefacto estalló poco después de la medianoche en un polígono industrial de Arrigorriaga, cerca de Bilbao, mientras que otras dos estallaron en San Sebastián. Una llamada anónima advertido en nombre de ETA sólo de "dos potentes bombas" en este último lugar.
Las detonaciones han causado en parte daños de consideración.
La primera bomba estalló frente a un edificio del Ministerio de Trabajo y las otras dos frente al Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral, todas ellas entidades relacionadas con los asalariados, cuando ayer se celebró el Día del Trabajador. Los líderes de los principales sindicatos del país, José María Fidalgo (Comisiones Obreras) y Cándido Méndez (UGT) expresaron su repulsa a estas acciones y condenaron los últimos asesi
natos de ETA, el del sindicalista Isaías Carrasco, de dos ecuatorianos en Barajas por una bomba y dos guardias civiles . Méndez dijo que ETA es el "último reducto del franquismo" y está más "acorralada y débil que nunca". En tanto, el miércoles, el juez Baltasar Garzón ordenó la prisión de la alcaldesa de la localidad vasca de Mondragón, en la que ETA se cobró su última víctima mortal en marzo, por colaborar con la organización separatista. Galparsoro es miembro de Acción Nacionalista Vasca (ANV), considerada "tapadera" de Batasuna, el ilegal brazo político de ETA.