Lionel Messi pasa días extraños. Sucede que el Barcelona donde es genio y figura atraviesa el peor momento de los últimos años, pero a él sólo le llueven elogios.
La "Pulga" fue galardonado con los Premios Nacional 2007, otorgados por Consejo Superior de Deportes de España (CSD), como el mejor deportista iberoamericano. Y mientras los hinchas lo adoran, ayer nada menos que Rafael Nadal se rindió a sus pies al decir que se sentía "feliz de haber conocido al mejor del mundo. Es mi ídolo futbolístico". El tenista confesó que el rosarino le regaló la camiseta de la selección argentina y no la del Barcelona.
Lo cierto es que más allá de todo, Leo no se marea y tiene los pies sobre la tierra. Es más, se lo nota muy dolido por la eliminación de los catalanes de la Liga de Campeones y por haber quedado rápido fuera de toda pelea por el título en el campeonato español.
"Es un momento complicado, feo, el que estamos pasando los jugadores y el hincha. No se cómo vendrá la gente a la cancha el próximo partido, pero hay que seguir para adelante, jugar lo que
queda y terminar de la mejor manera posible", indicó "La Pulga".
Desde su punto de vista, "ahora hay que intentar alcanzar el segundo puesto en la Liga para estar en la Champions otra vez, y una vez que termine la temporada se verá qué pasa".
Si bien no habló de la posible salida del entrenador Franck Rijkaard sí reconoció que "en este momento los ánimos no son los mejores, pero somos profesionales y quedan partidos por jugar. Vamos a ir a jugarle en su casa al Real Madrid para conseguir los tres puntos. Pero hay que terminar con la cabeza alta y jugando bien", resaltó Leo, durante una conferencia de prensa que ofreció en el marco de acto solidario organizado por un banco durante el torneo de tenis Conde de Godó.