Lunes 28 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 12 > Opinion
El cambio en Paraguay

Por ANDRÉS OPPENHEIMER (*)Especial para "Río Negro"

El humorista político P. J. O'Rourke afirmaba en un libro hace algunos años que Paraguay es un país "en el medio de ninguna parte que es famoso por nada". "Entonces, ¿por qué debería importarnos Paraguay?", le pregunté a uno de los principales expertos norteamericanos en ese país esta semana, tras la histórica victoria de la oposición allí, que terminó con seis décadas de gobierno del Partido Colorado.

"Bueno, no te extrañes si dentro de poco oímos hablar mucho más de Paraguay", me dijo Frank Mora, profesor de Seguridad Nacional del National War College en Washington DC y autor de un reciente libro sobre las relaciones entre Paraguay y Estados Unidos.

Según el profesor, "Estados Unidos y los vecinos sudamericanos de Paraguay pronto tendrán más motivos de preocupación por las vastas regiones sin ley que existen en ese país, utilizadas como centros de operaciones de traficantes de armas y de drogas y grupos de apoyo de los terroristas del Hizbollah".

Mora confiesa que es "bastante pesimista" sobre el futuro de Paraguay tras la victoria de Fernando Lugo, un ex obispo de la Iglesia Católica que quebró la hegemonía del Partido Colorado. La agrupación había sido el bastión del dictador Alfredo Stroessner durante sus 35 años en el poder y gracias a su inmenso aparato de clientelismo político había logrado ganar todas las elecciones tras la caída de la dictadura, en 1989.

Contrariamente a los informes de prensa que sugieren que Lugo será un aliado cercano del presidente narcisista leninista de Venezuela, Hugo Chávez, Mora dice que la mayor amenaza de Paraguay no es el autoritarismo chavista sino la ingobernabilidad. "Todo lo que es ilícito pasa por Paraguay -afirma Mora-. Si se vuelve ingobernable, si se convierte en un estado fallido, la amenaza será aún mayor".

Mora agrega que el problema será mucho mayor para la Argentina, Brasil y sus otros vecinos que para Estados Unidos, "porque las áreas sin ley atraen todos los males".

-¿Qué le hace pensar que el nuevo presidente de Paraguay no será capaz de tomar el control efectivo del país? -le pregunté al profesor. Después de todo -le recordé- los recientes gobiernos colorados tampoco han logrado impedir que algunas zonas de Paraguay se convirtieran en semilleros de actividades ilegales, incluyendo centros de recaudación de fondos para el terrorismo islámico. El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante James Stavridis, ha dicho que la triple frontera aledaña a la ciudad paraguaya de Ciudad del Este es desde hace tiempo un centro de lavado de dinero, proselitismo, reclutamiento, tráfico ilegal y narcotráfico relacionados con grupos radicales islámicos.

Sin embargo, Mora dijo que existen tres razones por las cuales cree que habrá una ingobernabilidad aún mayor en Paraguay :primero, las luchas internas que se producirán en la coalición de Lugo, compuesta por casi dos docenas de partidos políticos y movimientos que van desde grupos de izquierda chavista a otros ferozmente antichavistas. Lo único que ha unido a los integrantes de la coalición de Lugo hasta ahora ha sido su deseo de sacar del poder al Partido Colorado. "Tengo la sensación de que estos grupos se disputarán el control de la coalición -afirma Mora-. Lugo no es un político. Temo que no tenga habilidad suficiente para orquestar y manejar todos esos grupos de ideologías tan dispares".

En segundo lugar, Lugo no tendrá mayoría en el Congreso y le será muy difícil desmantelar el control de la burocracia del Estado que tiene el Partido Colorado. Los colorados pueden hacer uso de ese poder para debilitar al nuevo presidente y para evitar que pueda cumplir sus promesas de campaña.

Y tercero, la coalición de Lugo ha generado enormes expectativas entre los paraguayos. "La frustración llegará más pronto que tarde", dice Mora.

Otros no son tan pesimistas. En una entrevista telefónica desde Paraguay, el analista político Alfredo Boccia Paz me dijo que Lugo ha sorprendido a muchos por su capacidad de manejar una coalición tan diversa durante la campaña. "Tiene un tipo de carisma muy raro. Es aburrido, pero a la gente le gusta -afirmó Boccia Paz-. Eso podría salvarlo".

Mi opinión: las preocupaciones de Mora coinciden con el pensamiento imperante en Washington tras el 11 de setiembre del 2001, según el cual la mayor amenaza actual contra la seguridad nacional de Estados Unidos no provendrá de gobiernos hostiles sino de estados fallidos con áreas sin ley donde puedan sentar sus bases los grupos terroristas.

Irónicamente, independientemente de que Lugo se acerque a Chávez o no, a Estados Unidos y a América Latina les conviene que al nuevo presidente paraguayo le vaya bien y que el suyo siga siendo un país "famoso por nada".

 

(*) Periodista argentino. Analista internacional.

Miami

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