BUENOS AIRES (Télam).- Ariel Perreta, el joven liberado antenoche tras permanecer 16 días secuestrado, dijo ayer que durante su cautiverio, en el que siempre estuvo encadenado en el mismo lugar, no fue maltratado y que mantuvo diariamente contacto con dos secuestradores encapuchados quienes lo cuidaban.
En la casa donde fue rescatada la víctima, fueron detenidas dos mujeres acusadas de custodiar del joven junto a por lo menos los otros dos hombres, ya identificados pero aún prófugos.
Perreta (24), quien estaba ayer a la tarde en su casa de Ciudad Evita, junto a su familia y amigos, contó que siempre estuvo cautivo en el mismo lugar, oscuro, y encadenado, y que durante ese tiempo no fue golpeado ni amenazado de muerte.
El joven dijo que lo alimentaron bien, le dejaban la radio encendida para que escuchara música y que tuvo contacto con dos de los secuestradores encapachados, uno de los cuales le acercaba la comida y lo higienizaba.
Ariel fue liberado antenoche, minutos después de las 23, por la policía en una casa ubicada en Céspedes y Caseros del barrio Las Tunas, en la localidad de General Pacheco, partido de Tigre.
El ministro Aníbal Fernández, informó ayer que el último contacto que había tenido la familia de la víctima con los secuestradores había sido el sábado a la tarde. "A las 18.56 hubo un llamado en el cual los captores preguntaron al padre por el dinero que habían juntado y éste les dijo que tenía 165 mil pesos. Entonces lo insultaron, le dijeron que guarde ese dinero para comprarle una mano al hijo, y otras cosas intimidatorios, y le cortaron", explicó el ministro.
Según Fernández, ese llamado "se hizo de un celular y chip" que era investigado y que "la celda desde donde se realizó era de la localidad de Haedo". Tras esa comunicación, cerca de las 21.30, la Policía Bonaerense recibió un llamado al 911 en el que se denunció el lugar donde estaba secuestrado Ariel. "Lo llamativo de esto es el lujo de detalle del lugar denunciado. Lo que nos hace suponer que fue alguien de la banda o alguien ligado a la banda", señaló Fernández.
Fuentes de la investigación señalaron que ese llamado al 911 terminó de confirmar una pista que ya seguían los pesquisas en esa zona.
Fernández dijo que cuando la policía llegó a la vivienda, nadie contestaba, por lo que ingresaron por un costado donde "vieron a tres hombres escapando saltando una pared". Ante esa situación, se irrumpió en el inmueble donde en una habitación de 1,5 por 2 metros se encontró a Ariel sobre un catre y encadenado a la pared.
"Se encontró a una joven de unos 17 años con tres criaturas, y a otra mujer, de nombre Jésica, quien primero intentó escapar y luego comentó que trabajaba con tres hermanos de apellido Muñoz, con frondoso prontuario", explicó. Según las fuentes, las dos mujeres estás acusadas de participar junto a por los menos dos de esos hombres del cuidado de la víctima.