La falta de planificación estratégica del Estado, aprovechada por la ambición especulativa de particulares provoca distorsiones en el mercado inmobiliario que afecta a los ciudadanos comunes en la capital. Los alquileres que paga el gobierno provincial, tanto para su funcionamiento específico, como para residencia de autoridades, encarecen y limitan la oferta para el resto de los potenciales inquilinos.

La calidad constructiva, en algunos nuevos edificios que fueron construidos con la mirada puesta en tentar al Estado como posible locador, es muy inferior a lo que se espera en obras modernas de reciente concreción. Sólo el Ministerio de Educación, por sus necesidades específicas, requirió últimamente unos 110 mil pesos mensuales para cancelar obligaciones de alquiler en la capital. Cifra que probablemente aumente tras la renegociación del contrato de uno de los principales edificios que renta -la tradicional esquina de Álvaro Barros y Rivadavia- por el cual hoy paga 19.000 pesos, pero cuyo propietario solicitó un incremento del 300%.

"Hemos rechazado la oferta y propusimos un número intermedio", afirmó Jorge Demich, director general de Administración de esa cartera quien no tiene dudas de que con un edificio propio de grandes dimensiones donde se pudiera centralizar todo el funcionamiento, el Ministerio ahorraría a la larga altos costos y mejoraría la prestación de los servicios. "El tema se ha evaluado pero hasta ahora no ha habido avances concretos porque teníamos intenciones de aprovechar un lote de otro organismo oficial, que finalmente tuvo otro destino", dijo Demich.

El año pasado se definió el llamado a licitación para el alquiler de un inmueble para el organismo central de la cartera educativa, ubicado en un radio próximo al centro cívico administrativo, con una superficie cubierta de entre 800 y mil metros cuadrados, con estacionamiento y estructura funcional al desplazamiento de los empleados y otras características particulares. Se calculó el pago de casi un millón de pesos por dos años de alquiler, pero la única oferta recibida propuso 790.000 pesos.

Se cerró el acuerdo y el organismo central del Ministerio se mudó este verano a la calle Roca entre 25 de Mayo y Belgrano. "Si se lo compara con estos edificios antiguos -dice Demich en su despacho de la tradicional esquina en la que permanecen las oficinas administrativas y las direcciones de Nivel- el del organismo central es de menor categoría".

La discreción del funcionario le impide decir en realidad lo que es un comentario constante de los empleados del lugar: la edificación es un desastre, tabiques milimétricos que impiden la intimidad acústica entre las oficinas, tablas en lugar de escritorios que vibran bajo el peso de las computadoras, cielos rasos de débil apariencia, entre otras falencias. El propio organismo de Obras Públicas intervino para recomendar que se redujera la distancia entre escalones en las escaleras porque era superior a lo normado y planteó reformas que debieron hacerse antes de la suscripción del contrato.

PEDRO CARAM

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