Domingo 27 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Internacionales
Promesa de diálogo no frenó ataques al Dalai Lama
Un día después de haberse abierto una puerta al diálogo por el conflicto en el Tíbet, el Diario del Pueblo, órgano oficial del PCC, acusó al líder budista de desestabilizar la región.

BEIJING (AFP).- China reiteró ayer sus ataques contra el Dalai Lama, acusándolo de desestabilizar Tíbet, al día siguiente de mostrar su disposición al diálogo, una propuesta bien acogida por el líder tibetano en el exilio, que no obstante pidió conversaciones "serias".

La agencia oficial China Nueva anunció el viernes que responsables gubernamentales se reunirían "en los próximos días" con un enviado del líder espiritual tibetano. Un día después, el Dalai Lama saludó la oferta china de dialogar para resolver la situación de Tíbet y dijo que quería "conversaciones serias" con Beijing. "No he recibido ninguna información detallada (sobre las conversaciones) pero básicamente, hablar es bueno", afirmó el Dalai Lama a su regreso a Dharamsala, en el norte de India, tras una visita de dos semanas a Estados Unidos.

El líder budista tibetano dijo a la prensa que quiere "conversaciones serias sobre cómo reducir el resentimiento tibetano" sobre los problemas en Tíbet.

El sorpresivo anuncio fue alabado por Estados Unidos y las capitales occidentales ante la esperanza de una solución para la situación en Tíbet, a menos de cuatro meses de los Juegos Olímpicos que se inaugurarán el 8 de agosto en Beijing.

Sin embargo, ayer, el Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista Chino (PCC), echó un jarro de agua fría sobre esa esperanza. "La camarilla del Dalai Lama ha usado todos los medios posibles para socavar la estabilidad y el desarrollo de Tíbet", señaló el periódico en un artículo titulado "Sus acciones violaron seriamente las enseñanzas budistas".

El Diario del Pueblo también acusó al Dalai Lama y a sus seguidores de propagar el "falso rumor" de que China oprime al budismo tibetano y de conspirar para poner a la opinión pública en contra de China.

Por su parte, el viernes, el primer ministro del Tíbet en el exilio, Samdhong Rinpoche, reconoció haber mantenido contactos con China. "Mantuvimos contactos con las autoridades chinas, no sólo para expresarles nuestra preocupación por las medidas de represión (...), sino para darles algunas sugerencias para resolver la crisis", añadió en un comunicado.

El gobierno chino y los representantes del Dalai Lama reanudaron una moribunda ronda de conversaciones secretas a finales de 2002, rota tras el último encuentro conocido, entre junio y julio de 2007.

China se vio muy presionada internacionalmente en las últimas semanas para abrir el diálogo con el Dalai Lama desde las revueltas de marzo en Lhasa, la capital de Tíbet, que se propagaron por otras regiones chinas pobladas por tibetanos.

Según el gobierno tibetano en el exilio, la represión china causó al menos 150 muertos. La versión oficial de Beijing reconoció 20 muertos (18 civiles tibetanos y dos policías chinos) y los medios chinos siempre han culpado al Dalai Lama de haber orquestado los disturbios.

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