Domingo 27 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 40 y 41 > Cultura y Espectaculos
ANTONIO BIRABENTEl mismo, menos ingenuo

Las primeras composiciones de Antonio Birabent son de fines de los '80, cuando volvió a su Buenos Aires natal después de una larga etapa en España. Es que en 1976 sus padres se instalaron en Madrid, por veintiún años. En el 90 integró la banda de papá Mauricio -Moris- como guitarrista, e inició su carrera solista con pequeños recitales.

Su último trabajo se titula "Demoliciones" y sus temas los mostrará hoy ,a las 21, en Puerto Rock en San Carlos de Bariloche, sólo con su guitarra.

Antes, estuvo en Colonia, Uruguay, rodando la película "Tres deseos" de los directores debutantes Vivian Imar y Marcelo Trotta, con Julieta Cardinali y Florencia Raggi. Allí dialogó con "Río Negro", en un breve descanso entre toma y toma. "El personaje, la historia, es muy común, cotidiana, un cuento simple, y eso lo convierte en algo interesante y a la vez complejo de hacer. Es un muy buen libro que cuando lo leí, ya sabía que quería hacerlo. Cosa que no me pasa seguido".

- ¿Cómo evitás que las duras cuestiones cotidianas te paralicen, frenen tu labor creativa?

- Bueno, tal vez es al contrario, me motivan, me ayudan a refugiarme en la composición y en la interpretación, en la escritura de canciones, como un lugar donde las cosas pueden ser de otra manera. Es un refugio que ofrezco a otros. Hago lo que me gusta, con respeto por mis convicciones, y trato de generar ese clima, de compartirlo. Es una pequeña-gran lucha contra la medianía, contra la brutalidad. En los últimos años, muchas cosas, cada vez más, han convertido a Buenos Aires en violenta y complicada para vivir, para desarrollar un proyecto. Al mismo tiempo siento que cada uno con lo que hace día a día, ayuda a mejorarla un poco. Hay situaciones que generan alegría, relacionadas con las personas que se me acercan de una u otra manera, para hablar de una canción, para aportar. Pero, bueno, el caos ciudadano y del mundo me afectan casi todo el tiempo. Hacer música, cantar, subir a un escenario, es un antídoto para mí.

- ¿De qué modo aparece una canción?

- Es muy azaroso, generalmente empiezo por la letra, y esas palabras traen una música. Pero no siempre es así. Habitualmente escribo mucho leyendo, en contacto con otras personas y lugares, a través de sus palabras. Y también compongo mucho estando afuera de casa. Por ahora, siempre solo, pero tengo planes de cambiar eso.

- ¿Qué cuestiones humanas te conmueven más, te preocupan?

- Me emociona la entrega, las cosas bien hechas, las actitudes y los corazones honorables, los hombres justos. Está lleno de personas nobles, de actos que hacen honor a las mejores condiciones del hombre, en situaciones cotidianas, en pequeños detalles. Aparecen en mi trabajo compositivo, muchas veces matizadas, no muy evidentes. Pero, lo cierto es que compongo porque está el motor de la insatisfacción. Mi música es mi forma de leer el mundo, mi mirada y me representa absolutamente. Me obsesionan la ciudad y sus constantes cambios, las cosas que desaparecen; los seres que se van, llevando consigo recuerdos que nunca volverán; la brutalidad destructora de las demoliciones y de la modernidad; la memoria como constructora de la identidad y la pertenencia a un lugar, y la esperanza en cada uno de nosotros, que formamos lo colectivo y podemos mejorar nuestra existencia y la de nuestros semejantes.

- ¿Qué sensaciones te genera escuchar al público cantando tus letras?

- Me produce felicidad y emoción. Es extraño que algo que nació en una gran soledad, en la privacidad, pueda ser tomado por otro como algo propio.

- Al leer hoy tus "viejas" canciones, ¿qué Antonio ves?

- Más o menos al mismo, tal vez más ingenuo. (E. R.)

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