SANTIAGO DE CHILE (DPA).- América Latina deberá invertir 1,3 billones de dólares en energía los próximos 20 años para mantener su desarrollo económico y social, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL.
Estas capitalizaciones redefinirán la geopolítica regional y generarán una presión inédita sobre los ecosistemas, en un subcontinente que emite 720 millones de toneladas anuales de CO2 a la atmósfera, de acuerdo a cifras de los gobiernos.
De la mano de nuevas reservas petroleras en Cuenca de Santos y Tupi, Brasil asumirá como un actor global, Venezuela afianzará su influencia regional y Cuba centralizará la distribución de hidrocarburos en el Caribe, pronosticó el Director de la División de Recursos Naturales de CEPAL, Fernando Sánchez -Albavera.
"Pero lo más complejo es que América Latina deberá encarar su crecimiento económico y social con una energía cara, a diferencia de los países desarrollados que lograron su industrialización con petróleo barato", alertó. Esta situación es particularmente grave para las naciones que no poseen reservas estratégicas de petróleo o gas, como Chile, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, El Salvador, Honduras o Costa Rica. La situación además traba la opción de elevar estructuralmente las tasas de crecimiento económico per cápita, en una región donde el alza de los alimentos elevará la pobreza a 200 millones de personas en el 2008. De ellas, la mitad serán menores de 18 años.
Sólo la demanda eléctrica, que los últimos diez años creció 35%, obligará a inversiones por 719.000 millones de dólares en la región hasta el 2030, cuando la población sume 700 millones de habitantes, unos 120 millones más que hoy.
Estos recursos buscarán satisfacer la demanda futura de América Latina, donde Chile y Venezuela lideran el consumo eléctrico, con un promedio de 3.000 kilovatios hora por habitante.
Tras ellos están Argentina, Jamaica, Brasil y Uruguay, con tasas de 2.000 a 2.500 kilovatios hora, según la AIE. En comparación, en el mundo las inversiones eléctricas sumarán en el mismo lapso 11 billones de dólares, de los cuales un 60% irán a países en desarrollo.
La producción y refinado de petróleo, por su parte, demandará al 2030 unos 378.000 millones de dólares, un tercio serán destinados a Brasil. El gas exigirá 265.000 millones de dólares.