VIEDMA (AV).- La interna gremial se desató abiertamente cuando miembros del Sindicato de Peones Taxistas de Río Negro y un sector disidente midieron fuerzas ayer con una manifestación callejera. La puja estalló cuando el gremio salió a apoyar los operativos contra el trabajo en negro, que fue rechazado por un sector de propietarios.
La ruidosa movilización de los disidentes consiguió, luego de nerviosas negociaciones, que se posterguen las inspecciones laborales encaradas por el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Hacia fines del año pasado, la cartera laboral intimó a las empresas a "blanquear" a sus choferes, frente a denuncias de la entidad gremial. El argumento fue que la mayoría de sus asociados cobra sus haberes sin las correspondientes cargas sociales.
En ese momento se le otorgó un extenso plazo que vencía justamente ayer. Los propietarios tuvieron casi seis meses para regularizar los trámites ajustándose al convenio laboral Nº 67, puesto en vigencia desde 1989.
La céntrica intersección de Belgrano y Laprida, frente a los despachos del gobernador Miguel Saiz, amaneció bloqueada por casi medio centenar de vehículos. La protesta contó con la adhesión de la Asociación Titulares de Taxis, que lidera Ricardo Rey. Los dueños esgrimen que a veces resulta imposible cumplir con los requisitos legales. Al producirse un cuello de botella en el tránsito, las fuerzas de seguridad debieron cortar calles y derivar el intenso tránsito hacia otras arterias.
Los voceros del grupo, Samuel Maureira y Mario Delgado presentaron un petitorio al gobierno provincial acusando al secretario general del sindicato, Mario Riquelme, de propiciar los controles. Insistieron con la intervención del gremio y que se desestimen las inspecciones previas que acarrean gravosas multas.
Riquelme salió al cruce de sus críticos atribuyendo el boicot a los empresarios con la "clara intención de evadir responsabilidades tributarias. Sin que corra sangre ni hacer peligrar las fuentes de trabajo, seguiremos adelante", afirmó en relación con la continuidad de los operativos.
Finalmente, la situación entró en calma cuando los disidentes fueron convocados por el delegado regional del Ministerio de Trabajo de la Nación, Oscar González, y el secretario de Trabajo provincial, Ricardo Ledo.
Tras una extensa reunión, se anunció un compás de espera priorizando "la convocatoria a una mesa de diálogo para que el 'blanqueo' de los choferes se haga sin afectar la actividad".