MENDOZA (Télam).- Un agente penitenciario fue asesinado y otros dos resultaron heridos, al ser atacados por tres presos que se fugaron del hospital mendocino Luis Lagomaggiore, donde estaban internados por problemas de salud, y luego fueron recapturados.
El ministro de Seguridad provincial, Carlos Ciurca, informó que el agente penitenciario asesinado se llamaba Nelson Haro Corvalán (28), y que los otros dos efectivos, Jonathan Emanuel Arredondo Ahumada (20) y Diego Sebastián González (28), sufrieron heridas y están internados fuera de peligro.
La reconstrucción de los hechos que mantuvieron en vilo a los mendocinos determinó que todo se inició el martes por la tarde cuando los reclusos recibieron de alguna visita un arma de fuego que luego escondieron.
A las 2.20 de la madrugada, uno de los presos, Juan Carlos Rosales López, dijo a la custodia -tres guardias penitenciarios del área Seguridad Externa del penal que no portan armas y las dejan en un receptáculo de la sala- que necesitaba ir al baño y lo acompañaran.
Camino al sanitario, el recluso extrajo un arma de fuego y tomó de rehén a un custodio, a quien le exigió que les abriera una puerta con llave para que escaparan los tres. Los penitenciarios se negaron y comenzaron a forcejear con los prófugos hasta que el guardia Haro Corvalán recibió un disparo en el tórax por el que murió poco después.
A los golpes
En tanto, los otros dos penitenciarios, también amenazados de muerte, fueron reducidos con una feroz golpiza de la que se reponen en el hospital Militar.
Tras tomar las armas y las llaves, los prófugos huyeron "con ayuda externa y un vehículo que estaba estacionado en la playa del hospital", dijo un investigador, quien explicó que a ese rastro llegaron los perros de la Policía minutos después de la fuga al lugar.
Tras el escape, los presos -Rosales López, Alberto Eugenio Bendele Echeverría y Marcelo Fabián Espinosa Navarro- comenzaron a ser buscados en amplios operativos que incluyeron el cierre de las fronteras provinciales y allanamiento de posibles "aguantaderos". Cerca de las 14.30, los evadidos fueron hallados en una vivienda de la manzana 59 del barrio San Martín, al oeste del hospital de donde se fugaron, y fueron recapturados por efectivos del Grupo Especial de Seguridad (GES).
Los policías redujeron al trío por sorpresa, aunque uno de ellos tomó un arma para resistirse pero al verse rodeados se entregó.
Los presos que se fugaron eran atendidos de diversas dolencias en un pabellón especial del hospital Luis Lagomaggiore: uno tenía ano contra-natura, el otro tenía enyesada una pierna y el último hacía pocas horas que había sido operado de apendicitis.
Carlos Caballero, director de la cárcel provincial, manifestó que "el principal acusado del homicidio, Rosales, estaba alojado en el complejo Almafuerte", ubicado en Luján de Cuyo, unos 25 kilómetros al sudoeste de esta capital.
Rosales López (alias "Jorge Roberto" o "Carlos Alberto") cumplía una condena de 18 años por violación y robo agravado; Bendele (alias "Indio"), a 14 por asalto a mano armada, y Espinoza Navarro ("Marcelo Antonio Basile Barrionuevo"), preso por un delito menor.
El ministro de Gobierno, Juan Marchena; y el subsecretario de Justicia, Diego Lavado; concurrieron al edificio del Cuerpo Médico Forense, en el parque General San Martín, para facilitar la entrega del cuerpo del penitenciario muerto a los familiares para ser trasladado al departamento de Tunuyán, donde residía, a unos 90 kilómetros al sur de Mendoza.