BUENOS AIRES (ABA).- Nada volverá a ser como antes. Un conocido consultor se lo dijo al ex presidente Néstor Kirchner, al acercarle números que indicaban hace una semana la caída de 20 puntos en la imagen presidencial.
Los popes sindicales le pidieron al líder camionero Hugo Moyano una lectura sincera de cómo ve el rumbo del gobierno. "Yo le dije a Néstor que le armo otra Plaza del Sí, pero que no cuente conmigo para llevar al gremio a las rutas si vuelven los chacareros".
Fue la primera vez que en la mesa directiva de la CGT se percibió cierto distanciamiento de Moyano del rumbo K y sus reparos por el proceso el aumento constante del costo de vida. Antes había manifestado públicamente que la verdadera inflación está en las góndolas de los supermercados. Una última frase cerró la reunión de los hombres habituados al uso de camperas de cuero: "No hay que darle el futuro a (Elisa) Carrió".
El fantasma de un peronismo jaqueado por una posible nueva crisis similar a la del 2001, navega por primera vez en diversos cónclaves justicialistas.
En el ínterin, Eduardo Duhalde entretuvo a la opinión pública con su virtual regreso a la competencia política y se entrevistó en secreto con varios enlaces de las denominadas "caras nuevas", en las cuales depositan esperanzas de reciclaje.
Algunos de esos referentes le indicaron a "Río Negro" que el ex presidente interino sabe en su fuero íntimo que son prácticamente nulas las posibilidades que tiene de volver a representar una expectativa de poder. Sin embargo, no descansa en su idea de armar el pos-kirchnerismo.
Según Duhalde, si no se toman tres medidas dentro de los próximos 90 días, el gobierno entrará en un declive inevitable. Estas serían: cambios en el gabinete; sinceramiento de precios y salir del aislamiento internacional acordando con el Club de París.
El mensaje llegó a dos referentes de la oposición. Por un lado, el diputado Francisco De Narváez , quien tiene pensado desprenderse de sus empresas periodísticas (América y Radio La Red) para meterse de lleno en una candidatura a primer diputado bonaerense, que se interponga al del candidato kirchnerista. El peronismo bonaerense especula con la nominación de Néstor Kirchner en el 2009, lo que provocó un pleito entre Felipe Solá y el ultra K Carlos Kunkel.
En esa dirección, De Narváez salió públicamente a hablar de una gran mesa de diálogo, que contenga a la oposición. Por supuesto, reconoce que "Lilita" Carrió no aceptará sentarse a una mesa a la que también fue convocado el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
Macri agradeció el convite pero destacó que quiere concentrarse plenamente en la gestión, que por cierto está en un momento de ánimos apaciguados en su relación con Cristina.
Dos nombres más se acercan en las usinas anti K. Uno el del ahora díscolo gobernador chubutense, Mario Das Neves, a quien se valora por haberse atrevido a decirle a Néstor que el gobierno viene metiendo la pata con la problemática del campo.
En cuanto al gobernador bonaerense Daniel Scioli se preguntan: ¿se animaría a saltar el cerco antes que el desgaste lo transforme en un Pingüino empetrolado?
No es casual tampoco que, todas estas conversaciones, se barajen en pleno reordenamiento del partido, lanzado por Néstor K, quien hace dos semanas no sale de su encierro en Olivos, rodeado de sus dos perros, y de un humor crispado.
A Duhalde lo corrige la nueva realidad. Ya no hay "doble comando", sino un hombre que manda a los suyos a una pelea final. Una pelea, muchas veces, contra sí mismo.
HORACIO CARIDE