BUENOS AIRES (ABA). - Las tensas y a esta altura dramáticas negociaciones con la dirigencia rural son determinantes para saber si el gobierno podrá relanzar el plan económico, en donde se incluirían medidas de austeridad fiscal y estabilidad cambiaria para combatir la espiral inflacionaria.
Fuentes de la Rosada admitieron que la reformulación de la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene como premisa que antes del próximo fin de semana se pueda llegar a un acuerdo inicial con el campo.
"Creemos que si llegamos a cerrar un acuerdo, hay que emitir señales contundentes", aseguró una importante fuente del Ministerio de Economía.
La mayor preocupación pasa en ese momento por las dificultades elocuentes que existen para llegar a un arreglo con los productores: muchos dirigentes han criticado duramente al Ejecutivo "por dilatar todo para evitar dar marcha atrás con las retenciones móviles". "Igualmente, nosotros debemos trabajar pensando en el acuerdo y en las distintas medidas que se podrían aplicar", señaló la misma fuente.
Las decisiones económicas del gobierno -en estudio avanzado- se orientan a aspectos fiscales y cambiarios.
Un dato clave es que se establecería un fuerte freno a la suba del gasto público.
Se sabe que en el transcurso del último fin de semana el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, estuvo analizando con el ministro de Economía, Martín Lousteau, una resolución por la cual se congela el aumento del gasto público en un incremento interanual del 15%.
De concretarse esa iniciativa, promovería una desaceleración en la suba de las partidas del Presupuesto, que viene registrando un incremento interanual del 40%.
El segundo aspecto importante del plan relanzamiento del gobierno es que no se promoverá una nueva devaluación y el tipo de cambio se mantendrá entre 3,15 y 3,20 pesos. Según los propios asesores del equipo económico, esta resolución implicaría una mayor previsibilidad y estabilidad para los precios internos.
Además, con este nuevo plan se busca implementar negociaciones paritarias plurianuales, con incrementos de salarios en 12 meses que no superen el 10%.
"Lo que se está buscando es atacar la inflación por distintos frentes y generar más previsibilidad en la economía", señalaron fuentes de Economía.
Pero no son sólo medidas locales. Se intentará acelerar las negociaciones con el Club de París, el grupo acreedor al cual la Argentina le debe más de 6.000 millones de dólares. Además, se quiere profundizar las posibilidades de obtener financiamiento de algunos organismos internacionales, en especial el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dejando de lado, por ahora, al FMI.
Desde el entorno del ministro Lousteau confían en alcanzar un acuerdo, aunque no ocultan el temor a la desestabilización que podría provocar la agudización del conflicto. "Este es nuestro programa, no estamos pensando en un plan B si no se llega a un acuerdo con el sector rural. Una solución va haber", dijo con tono confiado otro funcionario del equipo económico.
Igualmente, en el Ministerio de Economía comienza a percibirse un creciente temor no sólo por el panorama con el agro, sino porque en las últimas horas han recrudecido las versiones acerca de un posible reemplazo de Lousteau por el actual titular del Banco Central, Martín Redrado.