Lunes 21 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Sociedad
ENTREVISTA A MARITZA GARCÍA, SOCIOLOGA: "La identidad cultural, un proceso de comunicación"
Novedoso enfoque de una socióloga cubana. Analiza grupos humanos y vínculos de poder.

NEUQUÉN.- La socióloga cubana Maritza García presentó en Neuquén un novedoso enfoque en investigación cultural, que analiza el problema de la identidad desde las relaciones de poder ente grupos humanos.

Maritza García Alonso es socióloga y profesora en la sede universitaria de Habana del Este, en Cuba, y en la Maestría sobre Teoría y Políticas de la Recreación de la Universidad Nacional del Comahue. En ésta, su tercera visita a Neuquén, ofreció una conferencia en el auditorio del Consejo Provincial de Educación (CPE) en la que presentó un original planteo sobre identidad cultural, que desarrolló junto con su equipo de investigación a lo largo de tres décadas.

-¿Cómo definiría el concepto de identidad cultural?

-Dicho de una manera sintética, la identidad cultural refiere la existencia de un sujeto cultural -un grupo humano, una comunidad humana- que establece contacto o relación con otro sujeto cultural distinto a él; es un hecho relacional.

-¿Es distinto que hablar simplemente de cultura?

-El concepto de cultura, hablando antropológicamente, refiere a una ecuación muy simple: sujetos y objetos culturales que ese sujeto cultural produce; pero la identidad cultural es la ecuación entre sujeto cultural y sujeto de otra cultura, un "álter" de ese sujeto, mediados por objetos".

-En nuestros días, con esto de la globalización, supongo que se da mucho más esa relación.

-Claro, por supuesto, por algo es que surge el concepto de identidad. Ahora bien, no sólo refiere esa interacción entre un sujeto cultural -entre un grupo o comunidad humana y otro grupo o comunidad humana de distinta naturaleza que el primero-, sino

que además refiere el tipo de relación que tienen esas dos entidades. Por eso, el problema de la identidad está muy relacionado también con la cuestión del poder; pues esa relación puede ser simétrica, asimétrica; puede implicar dependencias, desigualdades, sometimientos; o no. En el tema de la identidad, se puede decir que, al mismo tiempo que señala la vinculación entre dos comunidades humanas, señala la forma en que ellas se relacionan. La forma de ser de esa relación está también implícita en el concepto de identidad.

-¿En el caso de Neuquén, se podría aplicar también al tema de las comunidades originarias y el Estado?

-Por supuesto. Este tipo de relación tiene distintos niveles de análisis, distintos contextos. Nos podemos estar refiriendo a un grupo primario o a grupos humanos más que primarios; por ejemplo, a comunidades étnicas dentro de una nación multicultural o no necesaria

mente comunidades étnicas sino minorías culturales, formas culturales al interior de una nación. O podemos estar al nivel de un municipio, de un distrito, una nación o, incluso, a un nivel supranacional podemos estar hablando de regiones geográfico-culturales, por ejemplo, el Caribe.

-¿Qué delimita la pertenencia a una identidad cultural determinada? ¿El lenguaje? ¿Las costumbres?

-Ésa es otra manera de ver la identidad. Yo veo a la identidad como un proceso. Es decir, ésa forma de ver la identidad es la común, que nos lleva hacia concebirla como una especie de selección de rasgos sustantivos que definen una cultura, una comunidad o una comunidad cultural determinada.Ésa puede ser una forma de verlo, pero no desde las ciencias sociales o no desde el punto de vista de la investigación en ciencias sociales. La ciencia social tiene que ver la identidad como un proceso de comunicación; es decir, como un proceso y como un proceso específico, que es un proceso de comunicación. No hay otra manera, porque sino estaríamos hablando de rasgos ya definidos para siempre, rasgos congelados de una cultura y, entonces, para qué seguir hablando de la identidad.Hay un núcleo de sentido en la identidad, pero hay una periferia de sentido de la identidad que es la que va cambiando con el tiempo, siempre en un proceso de comunicación. La identidad siempre va variando y se va ajustando a los tiempos y a los tipos de relación que tiene con los grupos con los cuales se comunica.

-¿Quiere decir entonces que el tema de la comunicación es muy importante para la identidad?

-Es muy importante. Y la comunicación está signada por el tipo de organización social en donde estén insertadas las comunidades que se comunican. O sea, no es lo mismo la relación entre Bolivia y Venezuela que entre Venezuela y los Estados Unidos. O entre un grupo étnico mapuche con la administración oficial del Estado y los grupos de género, las mujeres que defienden una serie de cuestiones de derechos femeninos, con relación al mismo gobierno, a la administración estatal

-¿Qué aplicaciones tiene este enfoque sobre la identidad cultural?

-Una de las primeras aplicaciones que hicimos de este enfoque que teníamos nosotros fue bien de carácter teórico. Fue conocer cómo se pensaba la identidad e n América Latina desde principios del siglo XX hasta la década del '50 aproximadamente. Empezamos a hacer un análisis de contenido cualitativo de una serie de documentos, de textos importantes de autores muy reconocidos e intelectuales muy reconocidos en América Latina. Ésa fue una primera aplicación.

PERFIL: Una intensa vida académica

Maritza García Alonso nació el 1 de Julio de 1950 en Guanabacoa, Ciudad de la Habana, Cuba. Actualmente se desempeña como socióloga y profesora auxiliar de la Sede Universitaria de La Habana del Este. También es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Se recibió de Licenciada en Sociología en la Universidad de la Habana, Cuba, en 1977. Además, terminó los estudios de postgrado en “Antropología Cultural” y en “Música Popular Tradicional” en el ministerio de Cultura de su país. Obtuvo también el título de postgrado en “Problemas metodológicos de la investigación sociológica” de la Academia de Ciencias de Cuba, y realizó especializaciones en la Universidad Económica Karl Marx de Budapest, Hungría, y en el Instituto de Comercio Interior de Varsovia, Polonia.
En su país, se desempeñó como investigadora en el Centro Juan Marinello y el Centro Nacional de Cultura Comunitaria, ambos dependientes del ministerio de Cultura cubano; el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas de la Academia de Ciencias de Cuba; y el Instituto Cubano de Investigación y Orientación de la Demanda Interna.
En el campo de la docencia, trabajó como profesora en las carreras de Sociología y Estudios Socioculturales de la Sede Universitaria de Habana del Este, en las asignaturas “Metodología de la investigación social cualitativa”, “Antropología sociocultural” y “Sociología de la Cultura”. También formó parte del equipo de profesores del curso libre “En torno de la Investigación Cualitativa”, del ministerio de Cultura de Cuba.  Dentro de la educación de postgrado, estuvo a cargo de los cursos “Identidad Cultural e Investigación”, del Ministerio de Cultura cubano; y “Sociología del tiempo libre”, de la Facultad de Economía del Turismo de la Universidad de Matanzas, Cuba.

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