Domingo 20 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
Daniel Burman no abandona el humor
El director estrena "El nido vacío" con Cecilia Roth y Oscar Martínez.

BUENOS AIRES (DPA).- Tiene unos veinte años y pasa la noche fuera de casa por primera vez. Su padre, un dramaturgo algo apático y reservado, la espera despierto hasta la mañana siguiente imaginando cómo será su vida y la de su esposa el día en que sus hijos abandonen definitivamente el hogar.

Ese es el punto de partida de "El nido vacío", protagonizada por Cecilia Roth y Oscar Martínez, película con la que el director argentino Daniel Burman vuelve a reflexionar una vez más sobre la paternidad en clave de humor.

Sin embargo el filme, que se estrena el próximo jueves en la Argentina y ya tiene distribución asegurada en España, Francia, Italia y gran parte de América Latina, no trata de una pareja joven que se ve sacudida por la llegada del primer hijo como en "Derecho de familia", sino de un matrimonio de unos 50 años que atraviesa como puede (él teniendo fantasías eróticas con la odontóloga, ella retomando la facultad, los dos yendo a terapia de pareja) la partida de los hijos.

"Es muy curioso, porque pensé la película como una reacción a 'Derecho de familia, como una ruptura, pero en realidad es complementaria", afirmó Burman en entrevista con DPA. "Buscaba recuperar algo de esa sensación de las primeras películas, no meterme en terrenos tan conocidos y sentirme más desafiado por la propia obra", explicó el director de "El abrazo partido", que generacionalmente está mucho más cerca de la pareja de padres primerizos de su película anterior.

El padre (Oscar Martínez) tiene miedo, y mucho. A que su esposa se aleje de él, a envejecer de repente, a que sus hijos se vayan a vivir al extranjero y lo olviden. Y, atrapado por esos miedos, suele escaparse de la realidad a través de la fantasía. "Quería también hacer una película que estuviera basada en los miedos y no en las vivencias. Le tengo mucho más confianza a los miedos que a las vivencias. No siempre lo vivencial es verdadero, en cambio los miedos lo son absolutamente", confesó.

Sumergido en sus temores, el padre intenta, a veces algo torpemente, mantener el contacto con sus hijos. "Hubo un corrimiento del modelo de madre, pero eso no generó automáticamente un reacomodamiento del rol del padre. Hay como una necesidad de decir que hay un nuevo modelo de padre que uno tiene que cumplir, con reuniones de padres interminables...", esbozó Burman. "Creo que hay una ocupación de espacios que tiene que ver con la propia vanidad de uno como padre y frente a los otros padres más que con los hijos".

En cuanto a la elección de la dupla Martínez-Roth (que ya demostrara su química en la pantalla en la exitosa serie de televisión "Nueve Lunas", donde encarnaban a una pareja de ginecólogos), Burman señaló que se fue construyendo "paso a paso". Primero se acercó a Oscar Martínez interesado en su trabajo de dramaturgo (es el autor de obras como "Ella en mi cabeza" y "Días contados") y luego quedó deslumbrado con su cone

xión con el público y con el humor que esconde detrás de una apariencia más bien seria.

Fue Martínez quien sugirió como coprotagonista a Cecilia Roth, una de las actrices argentinas con mayor proyección internacional, que trabajó con directores como Pedro Almodóvar, Adolfo Aristarain, Marcelo Piñeyro y Alejandro Agresti. "La química que tienen es muy particular, porque creerte que un matrimonio está hace 20 años junto es muy difícil... Es más fácil hacer de enamorados de una semana que de un matrimonio de hace 20 años que tiene un código en común que para un tercero es siempre como un manual de instrucciones que no tiene", afirmó. Completan el elenco Arturo Goetz (el entrañable doctor Perelman de "Derecho de familia"), en el papel de un neurólogo interesado en los procesos degenerativos de la mente e Inés Efrón (protagonista de "XXY") como Julia, la hija mayor del matrimonio.

El guión fue escrito por Burman con la colaboración del actor uruguayo Daniel Hendler, con quien trabajó delante de cámara en varias de sus películas. Hendler no es el único uruguayo que colaboró en esta coproducción argentino-franco-ítalo-española.

El cantautor Jorge Drexler compuso especialmente una canción para la película, "Un instante antes de levantar vuelo".

El humor es una vez más un elemento central en la película de Burman y se desliza sutilmente en los diálogos y las actuaciones. "A mí el humor me alivia todo el tiempo...no es que lleve una vida sufrida, pero el humor hace que todo sea más agradable. Lo puramente dramático me aburre, hace que me quiera ir del cine. En un punto, escribo como espectador también" afirmó.

"Para mí el humor en un relato es como la ventilación de un edificio, es la diferencia entre vivir en un 3º T o un 1º A al frente. Necesitás oxígeno para poder atravesar la historia y llegar al final", explicó entre risas. Burman, admirador confeso de directores como Woody Allen, Pedro Almodóvar y Alejandro Agresti, aseguró que le interesa plasmar en el cine lo vincular, las relaciones que unen a las personas.

"Podría estar toda la vida haciendo este tipo de películas y nunca terminaría de abarcar todas las temáticas". Pero sobre todo, le interesa que sus personajes sean verosímiles. "Si no los reconozco cuando los escribo después no puedo dirigir a los actores. Dirigir a un actor es como si hubiera una música que te suena, una melodía, y hay otro que está tocando, que es el actor mientras habla. A vos te suena adentro, pero al actor no. Tenés que llevarlo a que le suene igual a como te suena a vos en la cabeza. Es algo muy intuitivo. Si vos no te creés a ese personaje, no escuchaste esa melodía alguna vez, es imposible de hacer".

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí