Domingo 20 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 40 y 41 > Cultura y Espectaculos
Música para corazones incendiados
Por primera vez en la Patagonia, esta noche, el rey del bolero se presentará en Neuquén

Músico, actor y compositor mexicano nacido en Ticul, Yucatán, el 7 de diciembre del 35, con apenas ocho años comenzó a estudiar música en Mérida, aunque completó su formación en el Distrito Federal. "¡Dios guarde y la virgen! Yo vivo en Ciudad de México. Mérida es muy bonita, tranquila, hermosa, pero hace mucho calor, por lo cual hay que vivir con aire acondicionado que durante muchos años ha afectado mi talón de Aquiles, los bronquios. A pesar de que amo esa ciudad, lo que hay en ella, los orígenes, prefiero estar en climas más templados."

Su primera melodía, "Nunca en el mundo", de la que se han realizado veintiún versiones, la compuso en 1950; al año siguiente se inició como pianista; y promediando la década ya trabajaba como director musical en la filial mexicana de CBS Internacional. Poco después se convirtió en acompañante de Pedro Vargas, Lucho Gatica y del español Raphael.

Armando Manzanero llegó al aeropuerto de Ezeiza el miércoles por la noche y a la mañana siguiente, desde el hotel donde se aloja en Balvanera hasta la prueba de sonido para las "Mañana Informales" de Canal 13, dialogó con este diario. Algo cansado, pero de buen humor, al pedido de "Río Negro" de hablar un poco más fuerte para que la grabación no quedara baja, respondió "es que soy bajo, en realidad, ya ve..."

- Sus temas han servido para que muchas parejas se conozcan, y luego de los años, recuerden el momento en que se descubrieron... ¿En qué medida le sirvieron a usted?

-Yo soy un poquito frío en lo que a mi respecta, pero me han servido para estar en la memoria de la gente durante mucho, mucho tiempo y para poder llegar a este país hace cuarenta años justamente. Y eso, poca gente lo puede decir y agradecer. Es en realidad mayúsculo que la misma experiencia que usted dice de las parejas, es la que yo tengo. Me han servido para poder trascender, para mantenerme vigente; el trofeo más valioso que he recibido, es el lograr pasar de generación en generación, permaneciendo en contacto directo con la juventud. Eso significa mucho.

- ¿En algún momento sintió que estaba repitiendo la fórmula, que debía encontrar otra forma de transmitir sus ideas sobre el amor y el desamor?

-Siempre. Desde que era joven, completamente joven. Una de las cuestiones importantes que me propuse, cuando empecé a com

poner allá por fines de los cincuenta, comienzo de los sesenta, fue lo que me acaba de preguntar. Quise seguir haciendo discos, tratando de estar, a como dé lugar, en una forma de componer que evolucionara a medida que la ejercía, siendo por sobre todo músico. Lamentablemente, tuve muchos problemas para imponer mi nueva manera de expresar. Toda la vida he tenido esa idea, que hasta el último día en que yo me vaya, no quiero hacer las mismas cosas que hacía allá en los comienzos.

- ¿La resistencia -si vale el término- fue de las grabadoras, del público, suya?

-Las discográficas quisieran que uno, si tuviera la fórmula de la gaseosa más nombrada del mundo, pues para qué cambiar... Con la gente, de ninguna manera, al contrario. La resistencia es mía, como exigente individuo; siempre ha sido de no repetirme. Es la razón por la que todavía estoy vivo."

Manzanero Canché -tal su segundo apellido- participó en innumerables programas de tevé y radio; grabó más de treinta discos, musicalizó numerosas películas y escribió más de cuatrocientas canciones interpretadas por Frank Sinatra, Tony Bennet, Elvis Presley, las orquestas de Frank Pourcel, Paul Mauriat y Ray Conniff, por Marco Antonio Muñíz, Raphael, José José, El Tri, Andrea Bocelli, Christina Aguilera, Pablo Milanés, Dyango, Daniela Romo, Pasión Vega, Andrés Calamaro y Luis Miguel. Entre las más populares están "Voy a apagar la luz", "Contigo aprendí", "Esta tarde vi llover", "No", "Por debajo de la mesa", "Somos novios" y "Felicidad".

- Quizá se lo hayan comentado... Con fragmentos de muchas de sus melodías, las hinchadas del fútbol alientan a sus equipos.

-Vea... Todo lo que sea estar presente, creo que para cualquier persona, para cualquier creador, es valioso y muy halagüeño. Ese, en realidad es uno de los objetivos. Un deseo, al sacar una canción, es que toda una nación, todo un pueblo, la gente, me cante. Por supuesto que eso me genera mucho placer, agrado, reconforta ver por dónde va, por dónde se aleja de mí y pasa a ser de los demás.

Manzanero se presentó en los más variados escenarios de América, Europa y Asia. Cantó en el Lincoln Center y en el Madison Square Garden de Nueva York, en el Memorial de San Pablo, y en nuestro Teatro Colón.

"Creo que para un señor con los años que tengo yo, que tiene una trayectoria como la que he tenido -y sigo en ella- es una obligación tratar de ver de qué puede hablar. Afortunadamente, la fuente de las letras y de los temas, es inagotable, no se acaba nunca. Si se observa, por el 73 saco "Adoro la calle en que nos vimos"; en el 59, "Voy a apagar la luz", en 1998 otra que dice "Por debajo de la mesa acaricio tus rodillas". Hay una diferencia enorme entre ellas, por lo cual me siento inmensamente satisfecho. Si he coincidido con el público, qué bueno! Si no llegara a coincidir con ellos, qué pena!"

Armando es además un hombre buscado por los más prestigiosos intérpretes para que les ceda sus temas; por citar un ejemplo, "Romances II" de su compatriota Luis Miguel, tiene tres canciones suyas.

"Ayer, en el aeropuerto vi un cartel que decía "Patagonia, imagínela en vivo". Y le prometo a usted que nada más yo tengo enormes ganas de visitarla. Lamentablemente, nunca lo he hecho hasta ahora, a pesar de haber viajado tanto. Vea que he venido a la Argentina sin tener que trabajar, sin escenarios, ni nada relacionado con la música. Yo voy a hacer para que mis nietos la conozcan, que son doce. A todos los he traído a este país pero no he tenido la suerte de ir a Patagonia. Y lo voy a lograr. Está entre las cosas que más quiero hacer, recorrer esa bella región."

 

EDUARDO ROUILLET

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