| Los problemas migratorios, que constituyen la principal preocupación de los 42 millones de latinos que viven en Estados Unidos, estuvo presente en varias etapas de la visita, incluyendo la reunión con el presidente George W. Bush. Del contenido del encuentro en la Casa Blanca surgió una declaración común donde ambos destacaron la necesidad de "una política coordinada sobre inmigración, especialmente su trato humano y el bienestar de sus familiares". La Iglesia apoyó fuertemente a los inmigrantes clandestinos en Estados Unidos, la mayoría latinoamericanos y católicos, que salieron a las calles hace dos años para pedir la regularización de los indocumentados. Bush es partidario de una reforma migratoria, pero el sector más radical de su propio partido bloqueó los dos proyectos de los dos últimos años que habrían abierto la vía a la regularización de cerca de 12 millones de indocumentados. Significativamente, el mismo miércoles en que Bush y el papa abordaban el tema, agentes federales lanzaron redadas en las instalaciones de la avícola Pilgrim's Pride, en cinco Estados, y detuvieron a más de 300 inmigrantes. Sin embargo, el obispo de Orlando (Florida), Thomas Wenski, particularmente activo en el frente de la defensa de los derechos de los inmigrantes, estimó que la visita pontificia dejará su huella, incluso en el terreno político. "La visita del papa va a generar un poco de buena voluntad aquí, para que el Congreso asuma su responsabilidad y atienda este problema", dijo Wenski, citado por el diario The New York Times. En Estados Unidos, donde los protestantes son mayoritarios, el paisaje religioso es muy variado y competitivo, y la Iglesia Católica busca no perder terreno. Benedicto XVI, que es políglota al igual que su predecesor Juan Pablo II, habló en español en varias oportunidades durante su primera visita a Estados Unidos, incluyendo una misa multitudinaria celebrada el jueves en Washington. En la primera misa papal oficiada en la catedral San Patricio de Nueva York, el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, se dirigió al papa en español para felicitarlo porque ese sábado cumplió tres años de pontificado. Conforme a la evolución demográfica, la población católica en Estados Unidos, actualmente un 24%, crece fundamentalmente gracias a la progresión de la minoría hispana, que abraza mayoritariamente ese credo. Estimado en unos 42 millones de personas actualmente, es decir un 14% de la población, el número de hispanos se triplicará en 2050 para alcanzar 130 millones, es decir 29% de la población norteamericana. Ante esa realidad, los hispanos son una comunidad clave. "Los obispos hacen todo lo posible para tratar de llegar a este grupo de inmigrantes", indicó a la AFP José Espósito, un seminarista nacido en Argentina que asistió como diácono al papa en la misa celebrada en Washington. AFP | |