SAN ANTONIO OESTE (Especial).- Yamil Direne se encontraba en Buenos Aires, atento a los pormenores de una reunión que se llevaría a cabo ayer a las 14, cuando recibió un llamado a primera hora de la mañana que lo puso en conocimiento del accidente de tránsito en el que supuestamente habían perdido la vida tres obreros de Sefepa, de los que aún se desconocía la identidad.
Su ánimo cambió instantáneamente, porque entre la comisión de empleados que habían partido hacia San Antonio días atrás se encontraba Juan Carlos Tolosa. Era su amigo de toda la vida, aquel que había compartido su adolescencia en Valcheta y luego acompañó su trayectoria en la empresa de su padre, convirtiéndose en su chofer al acceder a la presidencia de la empresa estatal y luego en operario del taller de Viedma.
Instantáneamente, Direne marcó el número telefónico de Tolosa, esperando que esa voz fraternal tantas veces oída irrumpiera en la línea para ahuyentar la angustia que le ocupaba el pecho.
"Me atendió un policía", relató Direne rompiendo en llanto.
"Fue un golpe tan grande enterarme así -prosiguió emocionado- era mi hermano del alma, ése que me conocía desde pibe y que estuvo conmigo siempre, con el que tenía un lazo de amistad que unía a nuestras familias". Al enterarse del deceso, Direne se contactó con su esposa, Miriam, para que se ocupara de poner en conocimiento de lo ocurrido a la mujer de Tolosa, que vive en Viedma junto a sus tres hijos, dos varones y una niña de 12 años.
