MADRID (Télam, especial).- El gobierno español aprobó ayer un plan de choque para hacer frente a la desaceleración económica, que supone una inyección de 10.000 millones de euros durante 2008, y medidas como la relocalización de desempleados.
El Consejo de Ministros aprobó "un plan para incentivar la economía que supondrá una inyección de 10.000 millones de euros este año y cerca de 8.000 millones de euros el próximo año", anunció la vicepresidenta primera del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega en conferencia de prensa.
La vicepresidenta explicó que el plan gira sobre dos grandes ejes, uno el carácter social, con medidas de protección a trabajadores y a las familias hipotecadas, y otro económico, para impulsar la economía en esta fase de menor crecimiento, con especial énfasis en el sector de la construcción.
"Es sin duda un plan de estímulo económico muy importante, con medidas como la anunciada devolución de 400 euros" a los contribuyentes, o la posibilidad de que las familias puedan acceder a una "ampliación sin costes del plazo de amortización de los créditos hipotecarios", dijo Fernández de la Vega.
El nuevo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero decidió actuar con urgencia ante los evidentes signos de desaceleración de la economía española, como la caída de la actividad en el sector de la construcción, que ha repercutido en el aumento del desempleo, que en enero fue de 6,2%, el mayor en los últimos 24 años.
Además, la inflación, de 4,5%, la más alta en 13 años, amenaza el nivel de consumo, que mueve sectores claves como el turismo. A pesar de que España creció 3,8% en 2007, y el gobierno prevé un crecimiento de 3,1% para este año, el Ministro de Economía español, Pedro Solbes, admitió que habrá una revisión a la baja y que hasta 2011 no se volverá superar el 3%.