Desde las páginas de la revista Viva (Clarín), Beatriz Sarlo, ha abierto una polémica respecto de las bondades de los espacios que los medios on line ofrecemos a los lectores para dejar sus comentarios.

Frecuentemente los comentarios a las notas han sido elogiados como apertura a la participación del lector en el contenido.  En oposición a esta visión optimista, Sarlo expresa su preocupación por el hecho de que los comentaristas son en realidad un grupo reducido de lectores que comentan repetidamente generando un gran número de comentarios con preocupaciones similares.  

Además, y tal vez más preocupante, cuestiona la ética de un sistema que permite que, amparados en el anonimato de un alias, los lectores se transformen en irresponsables y  particularmente agresivos críticos de todo y de todos.

Independientemente de coincidir con cada una de las apreciaciones de Sarlo, la discusión sobre la ética del anonimato parece ser atinada. ¿Dirían nuestros lectores lo mismo que hoy dicen si tuvieran que poner su firma en el comentario? ¿Deberíamos iniciar un sistema de registración que exija dejar datos fidedignos para poder dejar comentarios y  publicar el nombre del autor tal como acontece en cartas de lectores de la edición impresa? Queremos conocer su opinión al respecto pues este es vuestro espacio.