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Los "menefreguistas" definirán el futuro | ||
¿"¡Ma chi se ne frega!"? (¿¡A quién le importa!?) Es la frase favorita de millones de italianos, muchos indecisos, hartos de falsas promesas de una clase política decadente. Por ello, el reto de los dos principales candidatos fue seducir a los apáticos, cerca de un 30%, para intentar lograr una cómoda mayoría en las urnas que evite nuevas crisis de gobierno "a la italiana". Los italianos acudieron a depositar su voto para intentar cambiar el rumbo de un país sumido en la "depresión nacional", con una economía en estado de casi recesión , superada en crecimiento por España y con unos partidos políticos que no han estado a la altura del momento.Mientras los colegios electorales cumplían con el trámite oficial de recoger el voto ciudadano, en los medios nacionales apenas se reflejaba el ambiente: unos pocos boletines de radio especiales, algún telediario breve...pero nada de grandes despliegues mediáticos. En lugar de las elecciones, la televisión estatal, RAI, arrancaba la jornada con un programa de nombre irónico "Domenica In" ("Domingo divertido"), un espacio de amenidades que hasta hace poco era presentado por Rafaella Carrá. Ayer había más preocupación por los secretos del maestro de la pasta Giovanni Rana, que en las votaciones. Se podría decir que los "tortellini alla ricotta" ganaron en desigual combate a la oratoria de Veltroni o Berlusconi. De acuerdo con los expertos, el 83,5 % de electores indecisos hace una cruz para validar su voto en el último momento. El problema grave es que Italia entera y no sólo los indecisos- parece haberse plegado al "menefreguismo", neologismo de nueva creación que engloba el concepto de "fregarsene" (dar igual todo, pase lo que pase), una mezcla de apatía y fatalismo. De acuerdo con los expertos, los "menefreguistas" en Italia los que pueden dar la victoria a uno u otro candidato- pueden dividirse en al menos cinco tipos, aunque la mayor parte, 60%, son personas que "han perdido toda ilusión en la política", según un estudio de "Il Corriere della Sera". Son quienes prefieren quedarse en casa el domingo porque, de todas formas, "nada va a cambiar". Este "fatalismo" a la italiana, explica el sociólogo Renato Mannheimer, "se ha instalado poco a poco en toda la sociedad y es muy difícil de neutralizar". Cerca del 6% del electorado, de acuerdo con cifras del 2006, "decide justo cuando entra en la cabina de voto", como movidos por un impulso. Un buen porcentaje, cerca del 10%, está representado por los "arrabiati", los cabreados, personas que manifiestan su enfado generalizado con los políticos y votan, según el experto, "de manera impulsiva, casi infantil, al azar", como un juego irresponsable, afirma. La duda quedará hasta hoy, con los primeros resultados. Transformando el lema de Veltroni en pregunta: "Si potrà fare?"...¿Se podrá convencer a los "menefreguistas"? (DPA) | ||
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