Con la participación electoral como primera víctima de la apatía pública, los italianos votaban hoy en el segundo y último día de una elección que podría devolver el poder por tercera vez al multimillonario Silvio Berlusconi. 

Una caída estrepitosa en la concurrencia a las urnas en la primera jornada provocó fuertes críticas al sistema político, mientras el conservador Berlusconi y el centroizquierdista Walter Veltroni pugnan por liderar el gobierno número 63 en 63 años.

"Una señal del nuevo clima. La política pierde puntos", escribió el diario Corriere della Sera, luego de la caída de un 4% en la participación de ayer respecto de la de la última elección de hace dos años, cuando la concurrencia fue del 62,5%. El malestar y el desinterés se habían hecho patentes ya en los sondeos de opinión previos a los comicios, que mostraron que cerca de un tercio del electorado llegaba indeciso a la doble jornada de votación. 

Berlusconi, de 71 años, y el ex alcalde romano Veltroni, de 52 años, deberán lidiar con los problemas económicos que enfrenta el país. Un sondeo de hace dos semanas mostró que un 51% de los italianos, comparado con un 36% de hace un año, dice estar peor.

Télam