ROMA y HAMBURGO (DPA).- A pocas horas de volar hacia Estados Unidos, el Papa Benedicto XVI pidió ayer ante los creyentes congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano que recen por un viaje exitoso a ese país, mientras judíos y reformistas católicos se mostraron críticos con la visita. El Pontífice pidió a los creyentes que recen para que su visita se convierta en "un tiempo de renovación espiritual para todos los estadounidenses".
La visita a Estados Unidos, que comenzará mañana y durará seis días, llevará al Papa a Washington y Nueva York. El programa incluye un encuentro el presidente, George W. Bush, un discurso ante la ONU y una visita a la Zona Cero, el lugar donde se perpetraron los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Además, el pontífice visitará una sinagoga en Nueva York y hablará con representantes judíos.
Mientras, el Consejo Central de los Judíos criticó duramente a Roma y exigió a la Iglesia católica que retire la controvertida intercesión por los judíos de la modificada oración del viernes santo de la misa en latín antes que se celebren las jornadas católicas en Alemania, previstas para mayo en Osnabrück. Sólo entonces, opinó la presidente del consejo central judío, Charlotte Knobloch, en declaraciones que publica la revista alemana "Der Spiegel" podrá continuar el diálogo interreligioso.
El Papa incluyó en su intercesión la frase "Dios quiere iluminar el corazón de los judíos para que reconozcan a Jesucristo, el Salvador de todos los hombres", algo que muchos judíos sintieron como una exhortación presuntuosa a la misión judía.
El movimiento internacional reformista "Somos Iglesia" considera un "crítico signo de una alianza estratégica muy peligrosa" el hecho de que Benedicto XVI se reúna con Bush en Washington precisamente cuando el Papa cumplirá 81 años (el 16 de abril).