Domingo 13 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 20 > Municipales
LA SEMANA EN SAN MARTIN DE LOS ANDES: Tabú

Es extraño, pero todos los habitantes de San Martín de los Andes podrían viajar el mismo día y a la misma hora, ocupando la totalidad de los vehículos que circulan por la ciudad... y sobrarían asientos. Sólo sería posible porque la tasa de motorización de este pueblo es de 2,7 personas por unidad, incluso mejor que la nacional de 4,81, que pone a Argentina entre los países más motorizados del continente, sólo después de Estados Unidos y Costa Rica.

Pero esa relación dice poco del tránsito en este pueblo cordillerano, que orilla los 30.000 habitantes, donde hay patentados 8.570 rodados y circulan otros 2.500 establecidos pero sin radicación impositiva.

Habría que sacar cuentas en las horas pico, en un casco céntrico encajonado entre cerros, que aglutina actividades comerciales, oficiales y recreativas en un puñado de calles. Luego, se podría afinar el lápiz en las temporadas de turismo, cuando se estima que otros 5.000 vehículos se agregan al parque estable. En esos momentos, hallar estacionamiento en el centro de San Martín es una misión delicada. Se necesitaría un palafrenero al estilo del medioevo, para guardar la "cabalgadura".

El Deliberante acaba de aprobar una ordenanza (impulsada desde el Ejecutivo) para disponer de estaciona

miento exclusivo para vehículos oficiales en el centro cívico, sobre Roca, de 7 a 15 y de lunes a viernes. Desde ya, nada hay que objetar a esa decisión, pues lo curioso es que no hubiera un sitio de estacionamiento oficial. Pero tan cierto como eso es que mientras aumenta el parque automotor de la ciudad, se reducen los espacios en el corazón del casco histórico, que es donde circula el grueso de los automovilistas y peatones.

Por caso, se multiplican sitios reservados a entidades financieras. Hay paradas de taxi en transversales a la avenida San Martín, que tienen reserva de espacio para cinco vehículos, pero nunca hay más de dos. Luego, ya en torno de las calles céntricas, estallaron desde hace un lustro las construcciones con varias unidades funcionales en un mismo terreno, por lo que es de suponer que haya un vehículo por unidad, y no siempre tales complejos exhiben estacionamiento propio.

También hay caos en la carga y descarga de mercaderías, en horarios inconvenientes y ajenos a las ordenanzas.

Desde ya, el casco histórico concentra las actividades, lo que hace que todo el mundo confluya sobre este "pequeño" damero. Ahora bien: si uno no encuentra estacionamiento en las calles de mayor ajetreo, siempre puede ir a dos o tres cuadras del lugar de destino, agregándole una saludable caminata a su vida cotidiana. Pero la verdad es que esa costumbre no está arraigada.

Quizás más temprano que tarde se escuche hablar de estacionamiento medido. Por aquí es tabú, como los semáforos, porque "afean" y contradicen el espíritu hospitalario del turismo, dicen los defensores de la "aldea bucólica". Es mejor y más encantadoramente pueblerino seguir estacionando en doble fila para comprar cigarrillos.

FERNANDO BRAVO

rionegro@smandes.com.ar

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