JERUSALÉN (DPA) - El Mar Muerto se muere. El nivel de sus aguas disminuye en un metro por año, por lo que, si no se toman las medidas pertinentes, antes de mediados de siglo podría desaparecer por completo la que es considerada una fuente inigualable de salud a nivel mundial.
Si en 1945 su superficie era de 1.025 kilómetros cuadrados, hoy apenas alcanza los 625. Su orilla, el punto más bajo de la Tierra, aparecía marcada hace 20 años a 396 metros bajo el nivel del mar. En los nuevos mapas se le atribuye una altura de no más de 420 metros.
El lago salado situado entre Israel, Jordania y Cisjordania es conocido por sus cualidades terapéuticas para la piel, articulaciones y pulmones. Su agua dispone de 21 minerales diferentes, 12 de los cuales no se encuentran en ningún otro mar u océano del mundo. A algunos de estos minerales se les atribuye la capacidad de relajar, nutrir la piel y paliar tanto males reumáticos como desórdenes en el metabolismo. La región recibe además una radiación reducida de rayos ultravioleta y su atmósfera tiene un alto contenido de oxígeno.
No obstante, los pacientes y turistas que acuden a bañarse en sus playas pueden observar la disminución en el nivel de las aguas.
Los motivos de la progresiva desaparición del mar son varios: la fuerte evaporación, la extracción industrial de las aguas para crear productos cosméticos y de higiene y, sobre todo, el caudal cada vez menor del Jordán, su principal fuente de regeneración.
A mediados del siglo pasado, el río vertía en el mar Muerto 1.300 millones de metros cúbicos de agua por año, pero hoy no son más de 100 millones. "Si no hacemos nada, el agua abandonará Israel y se irá al lado jordano", explica Clive Lipchin, del instituto israelí Arava de estudios sobre el medio ambiente.