Los reclamos para la reparación de la Ruta Nacional 232, que une Chelforó con La Japonesa dentro de la provincia de Río Negro, ya llevan años, pero la realidad muestra que esta vía se encuentra cada vez más deteriorada, y transitar por ella es arriesgarse a sufrir un accidente o serios daños en el vehículo.
Por el calamitoso estado en el que se encuentra, cerca de 400 personas están prácticamente aisladas y con serios inconvenientes para acceder a servicios esenciales como la atención médica, la compra de alimentos o el cobro de salarios.
La Ruta Nacional 232 comprende un tramo de 117 kilómetros, que vinculan la ruta nacional 22 en la provincia de Río Negro, a la altura de Chelforó, con la ruta 152 en la provincia de La Pampa.
Los 117 kilómetros están divididos en dos tramos, los primeros 42 en la provincia de Río Negro, y los restantes 75 kilómetros dentro de La Pampa.
El deterioro lleva prácticamente15 años y hoy circular por esta ruta es realmente imposible.
Esto ha provocado que pobladores y puesteros que residen en Gobernador Duval se encuentren prácticamente aislados, debido a que no cuentan con ningún servicio de transporte público de pasajeros, y deben recurrir a vehículos particulares que quedan expuestos a importantes daños al transitar cualquiera de los dos tramos de la Ruta 232. En los primeros meses de este año, en el tramo de 42 kilómetros rionegrinos se produjeron 5 accidentes, en todos los casos con lesiones leves para los ocupantes de los rodados, pero con importantes daños materiales en vehículos.
"Esto es realmente una vergüenza, nadie se anima a andar en esta ruta. Acá los políticos aparecen en tiempos de campaña, prometen y después se olvidan de nosotros, estamos aislados", indicó un puestero de la zona de La Japonesa.
La ruta es mayormente utilizada por camiones que tienen como destino Brasil, ya que al tomarla acortan en 190 kilómetros la distancia desde el Alto Valle hasta la frontera. En tanto, los vehículos que circulan, son de turistas que por error ingresan a esta ruta desde La Pampa. En este último caso, quienes la transitan en una oportunidad no regresan nunca.
Para graficar la situación, los 117 kilómetros se encuentran en un estado calamitoso, con grandes baches en lo que alguna vez fue una carpeta asfáltica. El problema se agrava debido a que las banquinas que anteriormente eran utilizadas para circular, también se encuentran en un estado desastroso debido a la falta de mantenimiento.
A esto se suma, que no existe señalización horizontal o vertical que advierta curvas, subidas y bajadas. En partes la ruta se angosta de tal manera que solamente un vehículo cabe sobre la cinta asfáltica, a lo que se debe agregar el riesgo por los animales sueltos.
PABLO ACCINELLI
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