NEUQUÉN (AN).- El gobierno reforzará los contenidos de educación vial en todos los niveles escolares para prevenir uno de los problemas de seguridad más severos de la provincia y el país: las muertes por accidentes de tránsito.
El subsecretario de Seguridad, Juan Carlos Lezcano, indicó ayer que esa cartera está trabajando en conjunto con la subsecretaría de Educación, a cargo de Patricia Ruiz, para afianzar los contenidos que se imparten en el nivel primario, y hacerlos extensivos al medio y los centros de capacitación docentes provinciales.
Entre otros múltiples factores, el gobierno de Jorge Sapag considera que la solución a los accidentes viales también pasa por "un cambio cultural" que genere más conciencia de lo que significa estar detrás de un volante.
En el CPE, la iniciativa está en manos de la Dirección Provincial de Educación Terciaria. A través de este organismo, se comenzará a capacitar a los nuevos maestros que se están instruyendo en los institutos de formación docente.
Ya hubo un encuentro entre Ruiz y funcionarios de Seguridad. Esto ocurrió hace unos 40 días. "Ahora estamos conformando los equipos para el diseño de los contenidos y su aplicación", afirmó Lezcano.
En el nivel terciario, en principio, se generaría una materia específica para capacitar a futuros maestros.
Por otra parte, para los docentes en actividad se habilitarán cursos para permitir "que la instrucción no dependa tanto del egreso" de los que se están formando.
En las escuelas primarias de la provincia la educación vial es parte de un complemento de contenidos dictados en varias materias. No existe una que la aborde de forma específica.
En principio, en la primaria, se apuntará a reforzar los contenidos de educación vial. Y por otra parte, que la enseñanza y la prevención lleguen a la secundaria, algo que ahora no ocurre.
La iniciativa tiene lugar luego de que, según datos oficiales, la provincia presentara en 2007 datos preocupantes sobre cómo se maneja en las rutas y calles de las principales ciudades.
Los accidentes más graves, que provocaron muertes o algún tipo de daño físico, subieron un 200% respecto a un año antes. Se registraron 3.343 episodios con secuelas físicas mínimas y graves.
