RINCÓN DE LOS SAUCES (ARS).- Levantarse mucho antes que el sol y llegar a los yacimientos entre mates amargos y bromas de amigos. Trabajar con frío, calor, lluvia, nieve, viento y todas las "mañas" que el campo de explotación pueda imponerles. Petrolero, un trabajo que en los últimos años tomó verdadera jerarquía pero que exige fortaleza de brazos y alma.
Por ello la municipalidad de Rincón de los Sauces y toda la comunidad intentan brindar homenaje a ese hombre que hace grande y generosa a esta ciudad. Hoy comienza la 18° Fiesta Provincial en Homenaje al Hombre Petrolero.
Mucho tiempo pasó desde que la ex estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales, llegó a este punto remoto de la provincia del Neuquén. Aun en los típicos asados de compañeros de trabajo se escuchan las historias de cómo comenzó todo en el año 1969.
Campamento era la palabra con la cual se identificaban ya que no había viviendas, ni escuelas, ni instituciones que ordenen el crecimiento, sólo eso... un campamento.
En este momento Rincón de los Sauces supera ampliamente los 35.000 habitantes y si bien el crecimiento acelerado impide orden y prolijidad, es el hombre petrolero quien después de tantos años convirtió a este pedazo de campo seco en un hogar decente de familias bien constituidas.
Hoy la actualidad muestra al petrolero junto a su familia con hijos en las escuelas y bibliotecas públicas que comienzan a tener un valor agregado en la vida de cada ciudadano.
Alguna vez definieron en una carta abierta al trabajador de los yacimientos, como la materia prima más importante de las compañías y no el crudo que se extrae a conveniencia del precio internacional. El petrolero es el motor que empuja el crecimiento y sus esposas e hijos, se convierten en el combustible con más alto octanaje que le dan vida a esta ciudad.
Pero a pesar de la ruda tarea que realizan todos los días bajo las mejores o peores condiciones climáticas, cada operario con su mameluco manchado de negro y el casco obligatorio, supo transformar su labor en una verdadera pasión.
Sólo basta preguntar a aquellos que se van de licencia por algunos días y que luego de esa extraña inactividad y tranquilidad hogareña se ven impacientes por volver a ese bien cuidado operativo de perforar la tierra y extraer el rico tesoro.
No es un trabajo como todos, requiere de valor y destreza para mover maquinaria de cientos de toneladas y salir ileso.
Rincón de los Sauces le debe su existencia a éstas personas ya que en la lejana localidad del norte solo de petróleo se vive y los profundos cambios de reconversión, solo quedaron en flojos intentos de los gobiernos.
Rendir homenaje y gradecer a estas personas por todas sus acciones, es el principal motivo de esta nueva edición de la Fiesta que alegra y convoca a toda la comunidad rinconense.