NEUQUEN (AN) - El ente regulador de Río Negro dispuso ayer un incremento de hasta el 35% en la tarifa de luz de los hogares de la provincia y una leve reducción en los precios para los comercios. En relación con el 2002, los usuarios residenciales rionegrinos pagarán a partir de ahora entre 40% y 65% más.
Lo que resolvió el Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE) es la tarifa quinquenal para Edersa, la empresa que distribuye la luz en toda la provincia menos en Bariloche y la zona de Río Colorado.
Por primera vez desde la privatización del servicio, la provincia abandonó los principios tarifarios de los '90 y dispuso que los mayores consumos paguen tarifas más caras. Como contrapartida, las demandas más pequeñas, identificadas con sectores menos pudientes, tendrán precios unitarios menores, además de subsidios provinciales.
"Se informa que los análisis técnicos y jurídicos realizados por el EPRE y sus consultores externos han dado como resultado un incremento de la tarifa promedio de 15,5%", indicó el ente en un comunicado difundido ayer por la tarde.
La incidencia del aumento en los grandes usuarios industriales es difícil de medir puesto que entran en juego factores de utilización y demandas de determinadas potencias. Frente a las "inquietudes planteadas en toda la provincia, especialmente en la audiencia pública, el ente regulador ha establecido una nueva categoría tarifaria, denominada T2 variable. Se trata de la llamada tarifa estacional que permitirá efectuar una declaración anual de potencia máxima en base a períodos trimestrales", sostuvo el organismo. Esta tarifa libera a los actores del mercado frutícola de la contratación durante todo el año de una potencia que sólo precisa en temporada.
Edersa fue privatizada en 1996. Las normas establecen que cada cinco años su tarifa debe ser revisada con mecanismos la participación de los usuarios.
En el 2001 se cumplió por primera vez ese plazo de revisión quinquenal. En diciembre de ese año, cuando la crisis social, política y económica que terminó con la presidencia de Fernando de la Rúa estaba a punto de estallar, se realizó en Cipolletti la audiencia pública en la que la empresa defendió su pedido de incrementar en un 26% de la tarifa y la mayoría de los oradores se expresó en sentido inverso.
Por la crisis, la nueva tarifa recién se definió un año después y lejos de atender el pedido de Edersa, reforzada por la disparada de costos generada por la devaluación, el ente regulador aprobó un nuevo cuadro que le significó a la empresa una caída del 1% en sus ingresos.
Desde entonces la tarifa de luz creció por varios motivos: hubo una revisión extraordinaria por el reconocimiento de mayores costos laborales y el traslado a los usuarios del impuesto al cheque que paga la empresa, pero en reglas generales el 20% que en promedio creció el precio de la luz en la provincia desde el 2002 hasta ayer obedeció a las subas en los valores mayoristas de la energía, que son montos que la distribuidora sólo ve pasar porque así como lo recauda lo paga al sistema.
En la revisión tarifaria que debería haberse realizado en el 2006 y que termina resolviéndose ahora, la empresa pedía en promedio un 70% de incremento tarifario.
Edersa tiene balances deficitarios pero resultados operativos positivos. Arrastra una gran deuda en dólares que es el crédito que tomaron los inversores para pagar la privatización y que luego le transfirieron a la empresa en un proceso de fusión por absorción que contó con el aval del gobierno de la provincia.