CIPOLLETTI (AC).- Ahora el golpe fue para la coartada de Juan Carlos Aguirre. El fiscal de Cámara Ricardo Maggi denunció por presunto falso testimonio a la ex amante del imputado, a un jefe policial y al ex presidente de la cooperadora de una subcomisaría de Roca, tres personas que avalaban los dichos del procesado por el crimen de la bioquímica Ana Zerdán.
Maggi consideró que deben investigarse los testimonios de Marta Marinozzi; del actual jefe de la Unidad Regional Segunda de Policía, Leonardo Rivero y de Emilio Blanes, porque se contradicen con las manifestaciones realizadas por un mecánico y su empleado. Es que los horarios no encajan. Los tres denunciados mencionan actividades realizadas con Aguirre en Roca el día del crimen en un horario en el que supuestamente el auto del imputado estaba en arreglo -o saliendo- de un taller de Cipolletti.
Las contradicciones quedaron a la vista cuando declararon los testigos, pero Maggi no hizo ninguna solicitud ante el Tribunal en el debate. Decidió presentar la denuncia por escrito la semana pasada, aunque la medida recién trascendió ayer. Dos fiscales se excusaron.
Maggi sospecha que los tres denunciados podrían haber mentido con el propósito de favorecer al imputado teniendo en cuenta que en el horario en que existen contradicciones -entre las 20:30 y las 22 del 17 de setiembre de 1999- habría ocurrido el homicidio de la bioquímica.
La primera presentación por presunto falso testimonio en el juicio del caso Zerdán ya llegó a la instancia de procesamiento. Fue contra Nancy Salinas, la ex novia de Juan Manuel Aguirre, que como en este caso, avalaba las actividades realizadas por Aguirre hijo el día del hecho.
Ahora tambalea la coartada de Aguirre padre. Marinozzi, su ex amante, declaró que el 17 de setiembre Aguirre la fue a buscar a las 18 en el Peugeot 405 y que fueron a Roca. Dijo que se dirigieron primero a la subcomisaría 77 porque su pareja debía entrevistarse con Rivero y que luego pasaron por la casa de su hijo. Como no lo encontraron visitaron a Blanes.
Blanes afirmó que Aguirre lo tenía que ver en su domicilio ese día cerca de las 18, pero no fue. Aseguró que pasó después de las 18.50 y que él ya se había ido al trabajo. Su hijo lo llamó por teléfono y le contó. Pasó por su oficina cerca de las 21.
Y Rivero, que en el juicio reconoció tener cierto grado de amistad con el imputado, mencionó que Aguirre pasó por la subcomisaría "después de las 19; alrededor de las 20" y que iba en el Peugeot.
Pero Mario Voria y su empleado Víctor Salerno declararon que ese día el Peugeot 405 esta en arreglo en el taller y que recién lo entregaron después de las 19:30.
Por eso Maggi afirma que Aguirre no pudo haber pasado a buscar a su amante en ese auto, ni haber realizado las otras actividades en Roca en los horarios mencionados.
Entiende que las contradicciones merecen una investigación judicial por la supuesta comisión del delito de falso testimonio.