| El Comité Olímpico Internacional dijo que no "cruzará'' la frontera política para presionar a China a resolver la situación del Tíbet, a pesar de las protestas de grupos opuestos a la política china que han afectado el relevo de la antorcha olímpica, que ayer pasó sin problemas por Buenos Aires (ver pág 42). El presidente del COI, Jacques Rogge, reiteró su postura de que la organización no presionará a China para que abra un diálogo sobre el Tíbet, los derechos humanos u otros asuntos políticos. "Esa es una línea que no tenemos que cruzar'', dijo Rogge. En tanto, el presidente estadounidense, George W. Bush, declaró que mantiene su intención de viajar a Pekín, aunque dejó en la nebulosa su presencia en la inauguración. "Es una oportunidad para apoyar a los atletas estadounidenses. Mis planes no han cambiado", dijo Bush. La cuestión de la presencia de líderes extranjeros en la ceremonia de apertura se convierte en el asunto más espinoso y controvertido a medida que se aproximan los Juegos (en agosto). El secretario general d ela ONU Ban Ki Moon no asistirá. El presidente electo de Taiwán, Ma Ying- jeou, afirmó que no tiene planes de boicotear los juegos y el paquistaní, Pervez Musharraf, se manifestó en contra de una "politización" de las olimpíadas y de una "división" de China. | |