RINCÓN DE LOS SAUCES (ARS).- La última tormenta que provocó el desborde parcial de un cañadón en el centro de esta ciudad incrementó el nivel de esos cauces en aproximadamente 70 centímetros, según las medidas caseras tomadas por los vecinos de la peligrosa zona.
Ayer, un grupo de los que viven junto a los cañadones recorrieron sus cauces y aseguraron con preocupación que "desde la última tormenta no se ha realizado el mantenimiento correspondiente y nadie puede asegurar que en éstas condiciones los cañadones puedan transportar el agua de una tormenta fuerte".
La apreciación del reducido pero contundente grupo, no sólo es acertada, sino que además forma parte de una realidad que ya golpeó en tres oportunidades a los habitantes de la ciudad petrolera.
Durante la gestión provincial anterior, fue Recursos Hídricos de la provincia el que debió mantener y reparar los cañadones en lo que muchos denominaron un trabajo inútil ya que la obra de reparación careció de gaviones o material firme que no fuera arrastrado por el agua.
Sin embargo, después de cada tormenta fuerte en donde el lecho de estos cauces quedan peligrosamente elevados, se espera la presencia de Recursos Hídricos u otra dependencia responsable, para socavar los cañadones y reafirmar las paredes laterales que en definitiva, sostienen las avalanchas de agua y barro.
El municipio presentó en Nación pruebas fílmicas y fotográficas de las consecuencias que dejan las tormentas en esta zona, junto con las millonarias pérdidas que provocan los desbordes.
En ese sentido, el primer desborde que obligó a la provincia a declarar zona de emergencia en Rincón, dejó pérdidas que en ese momento las autoridades evaluaron en 6.000.000 de pesos, según lo informado oportunamente por el gobierno.
Un segundo desborde con menor intensidad también se llevó viviendas del alto y destruyó calles, pero aun así los cañadones siguen siendo de arena sin materiales nobles que le den firmeza al bravo curso cuando cobra vida en medio de una tormenta.
Un tercer episodio, dentro de la gestión actual de intendente Hugo Wernli, demostró que con una tormenta moderada el cañadón también se desborda debido a la falta de mantenimiento
En esa oportunidad, el desborde duró solo algunos segundos pero fue suficiente para que el agua se fuera de curso, inunde las calles del centro y deje intransitable a la ruta provincial 6.