La ampliación de la Ruta 22 implicará un cambio en la fisonomía de Regina, que seguirá siendo atravesada y dividida en dos por esta vía.
Precisamente este fue uno de los aspectos más debatidos a lo largo de estos últimos años, para tratar de minimizar el impacto que generará respecto a las características actuales.
El proyecto en ejecución, que prevé pasos elevados en distintos puntos, implicará la construcción de barreras físicas que cambiarán la visual de la ciudad.
Por ejemplo en la intersección con la calle España, el puente elevado comenzará a hacerse visible alrededor de 100 metros antes del cruce. Las paredes se elevarán hasta cuatro metros y quienes circulen por la avenida Belgrano hacia el centro no tendrán ninguna visual hacia el norte. Lo mismo ocurrirá a quienes circulen por la calle España hacia el barrio Belgrano.
La elevación de la ruta, implicará además que el monumento a la manzana, punto atractivo para los turistas, quedará relegado.
Otro lugar que cambiará radicalmente la fisonomía, será la rotonda de acceso, ya que a todos los que pasan les llaman la atención los rosales, la fuente, que desaparecerán de la vista si se ejecuta el paso tal cual prevé el proyecto original.