Domingo 06 de Abril de 2008 Edicion impresa pag. 33 > Sociedad
"Hay compulsión por imponerse por la fuerza"
La violencia en las escuelas es un fenómeno social que esta semana ocupó la primera plana de la actualidad, provocando opiniones especializadas que ayudaron a desentrañar el conflicto.

"Los púberes y los adolescentes están muy solos por la pérdida y el desgaste de los lazos sociales que permiten la transmisión de valores", opinó la psicóloga Laura Diego, al referirse a la agresión sufrida por una alumna a la salida del colegio por parte de sus compañeras, un hecho más que agravó la violencia que se registra en las escuelas del país.

La coordinadora del área de adolescentes en la Asociación de Psicología y Psiquiatría señaló que "la falta de asimetría entre adultos y jóvenes ha roto los lazos sociales y familiares que permitían la circulación generacional de valores éticos". "Se perdió el respeto por el otro y la conciencia de que hay un otro con necesidades propias". Según explicó la especialista, "se ha perdido la distancia generacional", porque "el adulto busca 'adolentizarse', al pensar que ser grande es solamente perder la forma del cuerpo y tener arrugas".

Por esa pérdida de los lazos sociales "hay un hundimiento de los valores y una compulsión por imponerse por la fuerza en un contexto hostil", opinó Diego.

Por su parte, María José Lubertino, titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (INADI) consideró que "muchas veces las personas que terminan cometiendo la acción violenta o discriminatoria, son las que se han visto sometidas, presionadas y discriminadas sistemática y estructuralmente". "Nada justifica un hecho de violencia o discriminación pero hay que analizar también en qué contexto estos hechos se producen", añadió.

Ante los últimos hechos de violencia en las escuelas, el ministro de Educación de la Nación, Juan Carlos Tedesco, reiteró que "la explicación de lo que está pasando

es muy compleja: atañe no sólo a lo educativo, sino a la sociedad en general; es fundamental comprender que el lugar de la educación es el de enseñar, y no el de sancionar".

Agregó que es necesario "formar a los maestros, poner en las escuelas personal idóneo para trabajar con este tipo de problemáticas, reforzar ciertas cuestiones pedagógicas que tienen que ver con el diálogo y que hoy están debilitadas. En nuestra sociedad hubo una crisis de autoridad que está en la base de todo este problema; aquí el autoritarismo contaminó todo. De modo que tenemos que enfrentar esta situación admitiendo su complejidad, y no simplificando las cosas". Concluyó señalando que "la sanción tiene que formar parte de un proceso educativo, no ser el producto final; si yo expulso al alumno, pierdo la oportunidad de seguir educándolo. Hoy, muchos de nuestros chicos llegan a la escuela con carencias; nosotros tenemos que enfrentar esa situación con la idea de resolverla. Expulsarlo es la solución más fácil, pero así no incluimos ni construimos una sociedad más justa".

(Télam y AR)

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