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Punto de inflexión | ||
La contundencia de la marcha del viernes para pedir justicia por el asesinato del docente Carlos Fuentealba, suficientemente lejana de las turbulentas jornadas que siguieron a la represión en Arroyito como para que los espíritus -que no el dolor- hayan tenido tiempo para serenarse, es demostrativa por sí misma de que aquel trágico suceso marcó un punto de inflexión en la política neuquina. No por nada, a pesar del carácter sectorial de la convocatoria, además de docentes tomaron parte sectores políticos y sociales que no guardan relación con demandas gremiales. Inclusive, muchos de los maestros que concurrieron seguramente no se tomarían el trabajo de salir a la calle por motivos menos significativos, por importantes que pudieran resultar para sus intereses personales, como el salario. Es que la injusta muerte de Fuentealba y su costo impagable fueron el punto de no retorno de un modelo de acumulación política basado en el manejo discrecional de la cosa pública. Un estilo desprejuiciado y prepotente que llevó el doble discurso hasta extremos impensados e introdujo el cinismo como modelo de relación del gobierno con la ciudadanía. Ya se sabe que las tres principales fuerzas votadas en las elecciones del 3 de junio pasado eran alternativas de cambio. Pero ahora, después de la marcha del viernes, se sabe también que los sectores más progresistas de la sociedad refuerzan esa dirección y hacen eje en la necesidad de que haya justicia y se destierre la impunidad. No fue otra la advertencia lanzada por los manifestantes al gobernador, en el sentido de que evite convertirse en "cómplice" del "asesino". La respuesta oficial vino ayer de boca del presidente del bloque del MPN, José Russo, hombre fuerte del sapagismo en la Cámara, quien ratificó la decisión de llevar adelante, en la sesión del próximo miércoles, el juicio político a los vocales del Tribunal Superior designados por el anterior gobierno. En realidad, en el oficialismo esperaban el 4 de abril con aprensión, convencidos de que esa prueba era -junto con la del normal inicio de clases- decisiva para comenzar la gestión con el pie derecho. Por eso, a pesar de las severas advertencias gremiales, los más altos estamentos del gobierno evalúan positivamente el resultado de la movilización. Sostienen que el hecho de que se desarrollara "en paz, plena libertad y sin intromisiones de la policía" son datos que juegan a su favor. Contra las críticas formuladas desde la izquierda del gremio contra el asueto dictado para la fecha, las autoridades sostienen que la medida "no fue demagógica" y buscó evitar el conflicto que hubiera planteado el descuento del día de paro. No obstante -'palo porque bogas, palo porque no bogas'-, admiten que con asueto o sin él el gobierno igual habría sido cuestionado. Respecto de la demanda de justicia planteada en las consignas, en la cúspide del poder entienden que la mejor respuesta es la "independencia" con la que el Legislativo está llevando adelante el proceso de juicio político contra el TSJ sobischista. "Se podría haber esperado del MPN que trabara el funcionamiento de la Legislatura, pero eso no ocurrió. Por el contrario, el Ejecutivo ha sido muy respetuoso de las decisiones de los diputados", confió un hombre cercano a Sapag. Y confirmó que en ese nivel se considera que la decisión de llevar adelante el juicio es "irrefrenable". Negó que existan presiones del sobischismo para frenar el proceso (al parecer hubo un intento de ese sector de convocar a los diputados a una reunión de la seccional Neuquén del partido para bajar línea sobre el tema). "Más allá de la postura incierta de algunos aliados, estamos muy tranquilos respecto de los diputados del MPN", confió el operador del gobernador. Como si hiciera falta aclararlo, destacó que Sapag no mantiene contactos con su antecesor desde el 10 de diciembre pasado. También, que se siente muy tranquilo respecto de los cuestionamientos expresados en la marcha, "porque ganó legítimamente la interna y la elección general después de que se produjera el terremoto Fuentealba". Como quiera que sea, el gobierno está lejos de haber pasado todas las pruebas que tiene por delante. Esta semana se cumple el plazo dado por ATEN para que mejore su oferta salarial. Reunido en Zapala, el gremio adelantó que un fracaso de la negociación prevista para este jueves significaría lisa y llanamente la puesta en marcha de un plan de lucha. Justamente, la principal preocupación del gobierno por estos días es la disponibilidad de recursos y, por eso mismo, gana espacio en sus filas la sensación de que el emplazamiento gremial es un intento de "ponerlo contra la pared". Explican que actualmente a la provincia le quedan limpios 200 millones por mes, de los cuales 170 se van en sueldos. Los 30 millones restantes son para funcionamiento de hospitales y escuelas; policía, equipamiento y servicios. "Si ATEN se lleva aumento de 260 millones anuales se lleva todo el funcionamiento", razonan con pesadumbre. Precisamente por esto, Sapag saldrá a poner en conocimiento de la ciudadanía el estado de las cuentas. Para ello convocará a distintos sectores -intendentes, concejales, iglesias, trabajadores, empresarios- a una suerte de consejo económico social. "El presupuesto es de todos, el gobernador es un mero administrador", advierten, y se ponen plañideros con la situación económica heredada. Además, según destacan el presupuesto reformado incluirá un déficit de 400 millones de pesos, quebranto que se mantendrá en el del 2009. Aunque confían en la posibilidad de que el crecimiento presupuestario se financie con el incremento de la renta petrolera, advierten que esa solución -tanto como "el desarrollo de las nuevas fuentes de energía" y "la línea aérea regional"- no llegará en el corto plazo. Eso sí: aclaran que, de aquí en más, cualquier decisión que se adopte se tomará "sin desparramar la mesa de diálogo" con el gremio. A juicio del sapagismo, ése fue el peor error del gobierno nacional en su reciente pulseada con el campo. "No hubo diálogo previo con los sectores implicados y tampoco fórmulas dinámicas para superar el conflicto. En suma, faltaron imaginación y creatividad", reflexionan.
HÉCTOR MAURIÑO | ||
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