MADRID (DPA).- Todo comenzó hace dos años a 4.000 metros de altura en la provincia argentina de Catamarca. Dos amantes del andinismo, de los viajes y del cine, se cruzaron por casualidad y compartieron un sueño que ahora se hace realidad: recorrer 21 países de América Latina, por sus pueblos más recónditos, para mostrar películas independientes a personas que en algunos casos jamás pisaron una sala de cine.

Subidas a una legendaria Estanciera del año 61, cuatro jóvenes recorrerán a partir del 10 de mayo 80.000 kilómetros en dos años, desde Córdoba, hasta México, para acercar a través de "Cine a la Intemperie", la magia de producciones que además sirvan para reflexionar sobre temas fundamentales como los derechos humanos y la igualdad de género.

En realidad, a bordo de "Juana" (salida de los talleres de IKA Renault y bautizada así en homenaje a la heroína altoperuana Juana Azurduy), viajarán tres aventureras: Griselda Moreno, licenciada en Comunicaciones Sociales, fotógrafa y deportista de Salta; María Eugenia Ferrer, de Santa Fe, licenciada en Ciencias de la Educación y que ya lleva adelante un proyecto de cine itinerante; y Viviana García, de Buenos Aires, egresada de Cine y Televisión en la Universidad de Córdoba y fotógrafa.

La cuarta protagonista, Verónica Rocha -cordobesa, documentalista, fotógrafa y docente -será quien ejerza de base de operaciones desde el país donde se encuentra rodando un largometraje.

"Una de las cosas geniales es que todo es manual, 'Juana' se transforma en el cine ambulante, y la gente de los pueblos participa en la instalación del montaje del cine bajo las estrellas", explica Moreno.

Los cortos y largometrajes que proyectarán fueron seleccionados en base a un criterio de compromiso social y de reflexión sobre los derechos de las mujeres, los niños o la protección del medio ambiente, para después realizar un debate. Ese proceso de diálogo será a su vez registrado en video y fotografías para armar a medida que avanzan una bitácora de viaje y a la vuelta innumerables proyectos, desde libros a exposiciones y por supuesto documentales sobre cada uno de los sitios que recorran. Unas escalas que no están fijadas de antemano, si bien ya existen contactos con escuelas rurales de varios países.

Existe además la posibilidad de que la historia de las cuatro se convierta en película, pero para eso habrá que esperar y elaborar un guión que las convenza. Mientras tanto, van preparadas con todo tipo de precauciones, desde una cama que se despliega en la parte trasera de la Estanciera a una bicicleta , pasando por equipos informáticos para ir actualizando la bitácora de viaje.

"Tenemos el objetivo bien claro, que es hacer llegar a lugares recónditos nuestra cultura y promover una reflexión registrando la diversidad cultural, pero a la vez será todo muy improvisado", añade Moreno.

Hay ciertos pasos de fronteras que serán difíciles y que habrá que analizar, señala, como el de Ecuador a Colombia -con la actual crisis entre ambos países por el ataque colombiano a una base de la guerrilla de las FARC en territorio ecuatoriano-.

"El viaje involucra un gran compromiso social pero unido a una gran aventura", explica.