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El oficialismo teme otros reclamos sectoriales | ||
Legisladores kirchneristas reconocen que la propia dinámica de la crisis con el campo puso en la agenda nuevos temas de discusión y uno de los más importantes el de una nueva coparticipación federal de impuestos. | ||
La máxima tensión que creó en el gobierno y el oficialismo la peor protesta que debió soportar el matrimonio Kirchner en el último lustro comenzó a desactivarse desde el miércoles cuando el campo levantó los cortes, pero todavía mantienen el estado de alerta porque piensan que el paro agrario pudo mostrar otros males ocultos: se destapó la "caja de Pandora", advierten preocupados. En la mitología griega existió un tiempo inicial del mundo en el que gobernaban la armonía y la felicidad y eso duró mientras los humanos no abrieran una caja -un ánfora, en realidad- que habían dejado los dioses con la prohibición expresa de que permaneciera cerrada por siempre. Pero Pandora, la primera mujer (según la tradición helena), quiso ver el contenido y al sacar la tapa que cubría la entrada liberó sin querer todos los males que estaban contenidos en su interior, y así comenzaron a rodar por la Tierra enfermedades, tristeza, locura, odios, pobreza, crímenes... El mito de la caja de Pandora es hoy parte del imaginario futuro del oficialismo, o una parte de él, tras los 21 días de protesta ininterrumpida: sospechan que los vientos suaves y cálidos del éxito que lo acompañaron en el mundo armonioso y feliz de los primeros tiempos ya terminaron y ahora llega el momento de hacerse cargo de cohabitar con las tensiones de todo tipo que vendrán con los reclamos sectoriales. Hoy es posible encontrar a legisladores kirchneristas que reconocen, en conversaciones privadas por los pasillos del Congreso, que la propia dinámica de la crisis con el campo puso en la agenda nuevos temas de discusión y uno de los más importantes el de una nueva coparticipación federal de impuestos. Las advertencias realizadas en las asambleas de cortes y sobre todo el reclamo de los manifestantes a los gobernadores para que se pongan al frente de una nueva redistribución de los fondos recaudados obligará a que, tarde o temprano -mejor temprano que tarde- el tema, que no genera ninguna simpatía de la Casa Rosada, llegue al debate público y a la agenda parlamentaria. Sin embargo, el abrumador dominio que ejerce el oficialismo en las dos cámaras difícilmente deje colar el tema promovido por sectores disidentes del PJ y va a quedar limitado a las quejas de la oposición, al menos hasta el momento en que el Ejecutivo acepte poner el asunto a discusión. Una perspectiva que no se avizora. Los expertos en vínculos políticos dentro del Poder Legislativo sostienen que no hay condiciones para que el propio oficialismo mueva el asunto con decisión en las cámaras: "Lo van a tener que hacer los gobernadores", aseguran sin pizcas de dudas, tras aceptar la certeza de la opinión del senador santafesino Carlos Reutemann quien dijo a mediados de semana que "el papel del Congreso está desdibujado". El respaldo que el oficialismo dio en Diputados (124 contra 46) y Senadores (36 a 20) a la política económica de Cristina Fernández, cuando ella reclamaba el levantamiento sin condiciones del paro, y las presiones públicas apuntaban a la dirigencia agraria, es visto hoy como un costo político y un saldo desfavorable del conflicto. El ex gobernador Carlos Reutemann, que no ocultó desde el comienzo sus críticas a la forma de aumentar las retenciones y reclamó volver al momento previo a los anuncios oficiales para discutir todo de nuevo, lo expresó en una entrevista: "Creo que gobernadores y legisladores nacionales deberían estar más atentos después de lo que pasó. La gente de las provincias no se sintió apoyada por ningún representante político. Habrá que ver qué pasa en las elecciones". El estado de ánimo de la dirigencia parlamentaria del kirchnerismo es tan negativo que un referente importante expresó: "La verdad es que 'el Lole' fue uno de los pocos que se salvó de la hecatombe". Aunque nunca lo reconocerán en público, estos legisladores esperan que, obligados por las necesidades políticas, los poseedores del poder en la Casa Rosada reconozcan las limitaciones de la forma de gobernar de los primeros cuatro años y comiencen a sumar nuevos canales para que le permitan percibir mejor las reacciones de la sociedad, antes que los sorprenda nuevamente las protestas, cuando creían que lo habían hecho todo bien. El oficialismo ya comenzó a elaborar el duelo que dejó el conflicto. Pero los males ya no volverán a ocultarse en la "Caja de Pandora". Andarán por ahí todos los días siempre dispuestos a pegar el zarpazo. Fuente: DyN por Diego Dulce | ||
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