Sasha es una cachorra de tigre de Bengala blanca, de 11 meses de edad. Con su presencia ha inaugurado las nuevas instalaciones para los felinos del criadero Bubalco, que se encuentra en construcción en las riberas del río Negro, a la altura de Guerrico.
La tigresa, que desde su nacimiento ha vivido en superficies pequeñas y bajo techo, se encuentra ahora al aire libre en una extensión algo menor de media hectárea, con un brazo del río y árboles en su interior. Esto le permite jugar y correr con libertad, algo que le causa un evidente placer.
Sasha, procedente del zoológico de Buenos Aires, es un ejemplar de la rara variedad de tigres de Bengala que suplantan su coloración tradicional por el fondo blanco.
No es un tigre albino. Su color obedece en este caso a un gen recesivo del cual son portadores tigres comunes que, periódicamente, cuando se da la combinación adecuada entre macho y hembra producen estos tigres blancos que en la naturaleza no pueden sobrevivir.
El riesgo para su vida en estado silvestre se debe a que el color blanco en la selva o en ámbitos naturales no les permite camuflarse adecuadamente y en consecuencia, las
presas los advierten con tiempo. Y una vez detectado, huyen, con lo cual el tigre blanco carece de posibilidades de comida, se debilita y finalmente se muere de hambre.
En el mundo existen actualmente unos 300 ejemplares de tigres blancos, todos en cautividad, según informaron los directivos de Bubalco.
Este criadero de especies en riesgo de extinción y zoológico se encuentra en construcción y no está abierto al público. Se estima que las obras podrán concluir a fines del año en curso, oportunidad en la que se habilitará para el ingreso de visitantes.
Bubalco está orientado especialmente a aves, para lo cual cuenta con una impactante infraestructura. Pero además posee ejemplares de otras especies en riesgo de extinción.