NEUQUÉN (AN).- La figura del docente Carlos Fuentealba y el reclamo de justicia y castigo para los autores materiales e intelectuales de su asesinato volvieron a convocar una de las manifestaciones más grandes que se hayan visto en esta ciudad, al sumar la participación de cerca de 20.000 personas.

El acto, convocado a un año de la represión que terminó con la muerte del maestro en cercanías de Arroyito, incluyó la participación de su viuda, Sandra Rodríguez, y de centenares de maestros que viajaron desde buena parte del país.

La marcha partió del monumento al general San Martín, lugar emblemático para las protestas sociales neuquinas, cuya estructura amaneció cubierta por una gran tela negra con dibujos de delantales blancos. Una parte de la multitud caminó hacia el Tribunal Superior de Justicia cerca de las 11.30.

Allí, detrás de una gran bandera que decía "Carlos Fuentealba Presente", del ancho de una calle, los manifestantes pidieron la destitución completa del tribunal, gritaron su pedido de condena a José Darío Poblete, quien disparó contra Fuentealba, y lanzaron consignas a los diputados para que avancen en las solicitudes de juicio político que pesan sobre los vocales del cuestionado TSJ (ver aparte).

Esa sede judicial recibió pintadas. Y la columna en ningún momento se detuvo. Tomó por calle Buenos Aires, hasta llegar a Rivadavia.

Ese fue el primer momento emotivo de la marcha, porque se sumó la compañera del docente, y en lo sucesivo encabezó la protesta junto a la conducción del gremio de los docentes neuquinos (ATEN).

La Casa de Gobierno estuvo desierta y sin personal policial, y cuando el grueso de la marcha llegó se encontró con una instalación en la Plaza Roca, una impactante tela roja de casi una cuadra de extensión con cuerpos dibujados y fotografías de los rostros de los muertos a mano de la policía, y los desaparecidos de la democracia.

El propio Fuentealba, Julio López, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, además de María Alejandra Zarza, entre otras víctimas de la represión.

La sede del gobierno recibió pintadas. Dos palabras resaltaron entre las consignas: "asesino", dirigida a Jorge Sobisch y "cómplice", al actual mandatario, Jorge Sapag, que ayer dio asueto a los docentes.

Se prendieron velas frente al acceso de Roca y La Rioja; pegaron pancartas con consignas en la puerta; pintaron los ventanales de parte de la fachada y las veredas. "Ni olvido ni perdón", decían algunas leyendas.

La marcha tomó por Santiago del Estero, hacia el juzgado de Instrucción a cargo de Cristian Piana, juez que actuó en el caso. Fue fustigado por no permitir que ATEN se constituya como querellante. Lo tildaron de allegado al poder político.

Ya en la ruta 22, se sumaron los docentes de Río Negro y los del resto del país, que más temprano cruzaron a pie el puente Neuquén-Cipolletti. Había banderas de Suteba (Buenos Aires), Unter (Río Negro) y agrupaciones disidentes de la CTERA, de gremios de Chaco, Salta, Santa Fe, Buenos Aires, Capital Federal, Mendoza, y toda la Patagonia.

El gremio nacional recibió críticas por no decretar un paro en todo el país para hoy. La viuda cuestionó esta decisión.

En el escenario de la ruta y Río Negro primero habló la secretaria general de la Conadu Histórica, Claudia Baigorria, que ayer lanzó un paro en todo el país.

Luego habló la compañera de Fuentealba, que concurrió al acto con sus dos hijas Camila y Ariadna, de 15 y 11 años. Se dirigió a Sobisch: "le grito que no nos fusiló, nos multiplicó". Y luego a Sapag: "está en sus manos diferenciarse" garantizando que haya Justicia con los culpables.

En la misma sintonía, el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo, le habló al actual mandatario, luego de criticar el "modelo" del gobierno anterior. "Al gobernador actual, o asume la responsabilidad de hacer Justicia y garantizarnos todo lo necesario para que los responsables, incluido Sobisch, vayan presos, o dentro de unos meses, estaremos diciendo que Sapag es tan asesino como Sobisch", dijo.