BUCAREST (Télam).- El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió ayer que la expansión de la OTAN hacia el este europeo es "una amenaza directa" a su país, pero coincidió con su colega estadounidense, George W. Bush, en que un retorno a la Guerra Fría es imposible.
"No nos bastan las explicaciones de que esto no supone ninguna amenaza para nosotros", dijo Putin en referencia a la promesa que la OTAN dio a Ucrania y a Georgia de que en un futuro serán invitadas a iniciar el camino de su incorporación a la alianza militar occidental. En su discurso ante el Consejo Rusia-OTAN en Bucarest, el jefe del Kremlin añadió que "la seguridad nacional no se construye sobre promesas. Sobre todo, porque ya hemos escuchado promesas similares varias veces en anteriores ampliaciones de la OTAN", informó DPA.
Moscú insiste que tanto la ampliación de la OTAN hacia países como Ucrania o Georgia como el escudo antimisiles que Washington planea instalar en la República Checa y Polonia son una amenaza para su seguridad como nación. Además, el mandatario ruso dijo que la declaración unilateral de independencia de Kosovo de Serbia, apoyada por la OTAN, supuso
un "un golpe a la ley internacional", en alusión a que la independencia no fue sometida a votación en el Consejo de Seguridad de la ONU, como está previsto por el derecho mundial. Putin recordó además que Rusia se retiró de Europa del Este de manera pacífica tras la caída de la Unión Soviética, y que no obtuvo las contrapartidas que esperaba por esta política.
Entre la evidentes divergencias entre Washington y Moscú, surgió un punto de acuerdo: la OTAN podrá pasar por territorio ruso para transportar su equipamiento militar - no de armas- de su misión en Afganistán.
Para la Casa Blanca, la cumbre de la OTAN significó el sinsabor de ver postergado el inicio de la adhesión de Ucrania y Georgia a la alianza, que fue rechazado por los países europeos, una decisión que causó el enojo visible del presidente Bush. De todos modos, Wahington se apuntó un triunfo al lograr que la OTAN aprobara el proyecto de escudo antimisiles en Europa oriental como contribución a la protección de los países aliados" e, incluso, que instaran a Rusia a cooperar.
Estados Unidos sostiene que el escudo es necesario para defenderse de probables ataques de Irán, pero Putin consideró "difícil imaginar" que Irán puede atacar a Estados Unidos y reclamó cesar las presiones sobre Teherán, que afronta el litigio por sus planes nucleares, sometido a sanciones de Naciones Unidas.