Una extraña mezcla de esperanza y escepticismo se apreció en una nueva marcha de miles de colombianos que clamaron por el final del conflicto armado interno y una de sus expresiones que causan más angustia: el secuestro.
Las autoridades calculan que unas 3.000 personas están secuestradas en el país, en manos de grupos guerrilleros, paramilitares y bandas de delincuencia común. Los colombianos soportan un conflicto armado desde hace cuatro décadas, pero curiosamente no han hecho históricas manifestaciones masivas para repudiar la violencia y exigir a los protagonistas del enfrentamiento un proceso de paz.
Pero esa actitud de silencio pareciera estar cambiando, a juzgar por cuatro grandes manifestaciones que se han realizado en el país en los últimos meses.