ROCA (AR).- Los alumnos del CEM 107 de barrio Stefenelli estrenaron escuela el lunes, pero el flamante edificio ya les quedó chico. Es que, las cinco aulas construidas fueron diseñadas para albergar a 25 chicos cada una, pero la matrícula ya supera los 400 estudiantes entre los tres turnos. Además, trabas burocráticas demoraron el inicio de las clases, que empezaron recién a dos semanas de inaugurado el ciclo lectivo.
Las dificultades para la comunidad educativa de este centro parecen no tener fin, ya que a tan sólo cuatro días del comienzo de las actividades un curso está tomando clases en la sala destinada a la biblioteca.
Se trata de 48 alumnos de tercer año que no pueden utilizar el espacio que les fue asignado porque sólo tiene capacidad para 25. La misma situación se repite en el resto de las divisiones, que funcionan en salas que están desbordadas.
Así lo confirmó la directora del establecimiento, Olga Borello, quien lamentó que estas cuestiones "no hayan sido observadas en su momento, ya que era predecible que esto ocurriera".
El colegio fue emplazado para satisfacer una demanda que hace años padecían los chicos del barrio, quienes cursaban las clases como si se tratara de un secundario de modalidad nocturna, en las instalaciones de la escuela 38.
El horario en el cual se desarrollaba el dictado resultaba inconveniente para muchos estudiantes que por este motivo concurrían a centros educativos céntricos.
El año anterior los alumnos protagonizaron marchas, sentadas y manifestaciones en reclamo de un edificio propio, que finalmente fue inaugurado.
Además este cambio trajo aparejadas dificultades burocráticas porque los profesores y preceptores interinos fueron desplazados de sus puestos cuando se concretó la modificación. Consecuentemente, muchos no percibieron sus haberes durante el último mes y fueron víctimas de la incertidumbre laboral que recién hace unos días se clarificó.