María Eugenia Sampallo Barragán, primera nieta recuperada que querella a sus apropiadores, y las Abuelas de Plaza de Mayo pidieron hoy que sean considerados de "lesa humanidad" los delitos de sustracción y supresión de identidad, y que se aplique la pena máxima a los acusados en el proceso que se reanuda mañana.

"Tiene que ser una condena ejemplar para que los argentinos y los extranjeros sepan de quiénes estamos hablando y de qué tipo de condena debe dársele", declaró Estela de Carlotto, durante una conferencia de prensa que ofreció junto a Sampallo Barragán en la sede de Abuelas.

El 19 de febrero comenzó el juicio oral contra Osvaldo Arturo Rivas, María Cristina Gómez Pinto y Enrique José Berthier por la apropiación de Sampallo Barragán. Luego de casi dos meses de audiencias el Tribunal Oral Federal 5 dictará su sentencia el viernes próximo.

La nieta recuperada, por su parte, juzgó que "ya es hora de considerar la gravedad" del delito de apropiación "en los términos de delito de lesa humanidad".

Carlotto ratificó a su vez el anhelo de los organismos de derechos humanos de que "tanto fiscales, como jueces" apliquen "la pena máxima" para que "sean condenados de por vida quienes le quitaron a un ser humano la posibilidad de ser él mismo".

"Pedimos celeridad, justicia y certeza en las condenas", dijo Carlotto, en referencia tanto a los apropiadores de María Eugenia, como al represor Ricardo Cavallo, quien hoy llegó al país extraditado desde España.

Berthier está acusado de haber entregado a María Eugenia a quienes luego la anotaron como hija propia, Rivas y Gómez Pinto. En los tres casos, los delitos que se imputan son los de sustracción, retención y ocultamiento de identidad; falsificación de documento público y supresión de la identidad.

Ante la inminencia del veredicto, Tomás Ojea Quintana, abogado de Sampallo Barragán, pidió hoy a la justicia y al Estado que se tomen los recaudos necesarios para que los tres acusados "estén presentes y en condiciones de escuchar el veredicto, para que no ocurra nada parecido a lo que sucedió con Febres", represor asesinado en su celda cuatro días antes de llegar a escuchar su condena.

En la conferencia, escoltada por su abogado, otros nietos recuperados, Carlotto y un grupo de Abuelas, María Eugenia agradeció el acompañamiento a sus amigos y a la prensa, pero aseguró que no dará "ninguna entrevista", en una postura que mantiene desde que trascendió su historia.

De todas formas, leyó un texto de su autoría, en el que describió a grandes rasgos las vicisitudes y tormentos que padeció en los años que vivió junto a sus apropiadores, y consideró "lamentable" que en algunos relatos periodísticos "se siga sosteniendo el término de padres adoptivos", dado que en su caso "no existió trámite de adopción alguno".

Además, llevó al plano emocional su desacuerdo con el término y preguntó: "¿Puede sentir qué es el amor filial una persona que robó a un recién nacido , probablemente secuestró y asesinó a sus padres; que lo maltrató y humilló en forma cotidiana? Personalmente creo que no".

"El vínculo que construye queda marcado por la crueldad y la perversión", afirmó Sampallo Barragán, quien con evidente nerviosismo mostró fotos de sus apropiadores y de sus padres, y relató parte de la historia que rodeó al asesinato de sus progenitores y a su apropiación.

Manuel Goncalves Granada, un nieto recuperado por Abuelas en 1995, leyó un texto que un grupo de hijos de desaparecidos escribió en apoyo a María Eugenia, en el que se remarcó la necesidad de que "la justicia avance para llegar a la verdad".

"No corresponde que esté en tela de juicio el derecho a recuperar nuestra identidad", declaró Goncalves, en respuesta a quienes proclaman "dar vuelta la página" de la historia de la dictadura.

Fuente: Télam