BAGDAD (DPA).- El primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, valoró ayer que el clérigo radical chiíta Moqtada al Sader haya decidido retirar a sus combatientes de Basora y otras provincias, pero el gobierno señaló que proseguirá con la ofensiva para restaurar la seguridad en ciertas zonas.
La decisión de Al Sader fue "un paso en la dirección correcta" que podría ayudar a garantizar la seguridad y crear un ambiente propicio para la reconstrucción del país, dijo el premier en un comunicado.
Las operaciones militares lanzadas por tropas iraquíes en Basora no son dirigidas contra ningún grupo político o religioso, incluyendo el bloque Al Sader, aclaró. Anteriormente, el portavoz del gabinete, Ali Al Dabagh, había indicado que la acción de Al Sader redunda en el interés público, pero aclaró que el gobierno seguiría adelante en su búsqueda por garantizar la seguridad y la estabilidad.
Al Sader pidió en un comunicado publicado ayer que sus seguidores se retiren de Basora y otras zonas de Irak y que el gobierno en Bagdad deje de actuar contra ellos. El anuncio llegó después de una semana de sangrientos enfrentamientos entre su Ejército del Mahdi y las tropas iraquíes y estadounidenses que se cobraron al menos 200 muertos.
En febrero, el clérigo había dado por terminada una tregua declarada cerca de seis meses antes.
El jefe de gobierno Nuri al Maliki, miembro de otra facción chiíta, lanzó la noche del lunes una ofensiva contra la milicia de Al Sader en la sureña ciudad de Basora. Los combates se expandieron a diversas zonas del país y alcanzaron el barrio bagdadí de Ciudad Sader. Tras el anuncio del clérigo, la capital recobró una relativa calma.
El toque de queda declarado el jueves debía concluir ayer, pero fue prolongado indefinidamente.
Las tropas estadounidenses mataron durante el viernes y el sábado a 43 combatientes de la milicia de Al Sader, informó el mando militar.
Además, el sábado, una unidad especial iraquí acabó con las vidas de 22 milicianos en la ciudad portuaria de Basora, en el sur del país. Un destacado miembro del movimiento Al Sader acusó a las tropas del gobierno iraquí y del ejército estadounidense de haber bombardeado de forma arbitraria viviendas en Ciudad Sader. "Parece que (el primer ministro Nuri) Al Maliki está siendo presa de un ataque de histeria", dijo Fatah al Sheij. También en Basora, en el sur de Irak, fallecieron en la madrugada de hoy cinco miembros de una familia al explotar un misil contra su vivienda, informaron testigos. En total, desde el inicio de los combates entre las milicias de Al Sader y las tropas del gobierno en esa ciudad han muerto ya más de 200 personas. Entre tanto, la policía iraquí descubrió una nueva fosa común en la ciudad de Al Makdadiya, en la provincia de Diyala. Allí fueron hallados cadáveres de 14 personas, informó el ejército estadounidense.