Un campesino detalló ayer cómo la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt fue llevada a un puesto de salud por cinco rebeldes de las FARC en medio de un discreto operativo insurgente tras los quebrantos de salud que presentó la secuestrada líder política, indicaron medios colombianos.
"La trajeron en las horas de la noche, aproximadamente tres hombres, y estaba vestida con un traje como elástico (...). La reconocí por las fotografías que se presentan en la televisión y por el semblante que traía", expresó a RCN Televisión el testigo, que habló con la voz distorsionada y semblante cubierto.
"Estaba demasiado flaca y amarilla; se perdía entre un impermeable verde que la cubría completamente, pero después de haberla visto tantas veces en la televisión era imposible no reconocerla", relató un campesino que la vio el 21 de febrero en un dispensario de San José del Guaviare, adonde la llevaron los guerrilleros para que la atendieran. El testigo, afirmó que la vio caminar por un pasillo junto a dos guerrilleros "que la sostenían para que no se desvaneciera".
Agregó que Betancourt no hablaba sino que "acataba casi sin aliento lo que el personal médico le pedía y asentía con la cabeza cuando le preguntaban si le dolía la parte del estómago que le tocaban". De acuerdo con esa versión, Betancourt permaneció un par de horas "tendida en una camilla, donde le pusieron suero y varias inyecciones". El campesino añadió que quienes la atendieron sugirieron derivarla al hospital de San José del Guaviare, pero los guerrilleros se negaron y dijeron que "lo único que necesitaban era que la estabilizaran para llevarla a un lugar donde ellos atendían a los enfermos". Betancourt padecería hepatitis B, leishmaniasis y paludismo. Otros testimonios señalaron también que sufre una fuerte depresión. Ayer, el ex esposo de Betancourt, Fabrice Delloye, manifestó su temor de que Ingrid esté y que por eso el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, anunciara que está dispuesto al "canje humanitario".