Domingo 30 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 28 > Internacionales
Una montaņa de residuos alimenta a palestinos

HEBRÓN/JATTA (Cisjordania).- El olor dulzón a podrido impregna incansable el aire. Por todas partes vuelan moscas, que lo rodean y se le pegan a su vestimenta sucia. Issa se ha acostumbrado a ello. Como a la basura que se fermenta a sus pies, y a su hedor. "Mi vida está aquí", dice el joven de 22 años. Con ello se refiere al vertedero de basura de Jatta, donde se ganan la vida muchos palestinos. El área de 144.000 metros cuadrados se encuentra a 17 kilómetros al sur de Hebrón, en Cisjordania. En medio del idílico paisaje entre la ciudad de Jatta y Ad Dirat se reúnen los residuos de la región, entre 400 y 500 toneladas diarias.

"La basura simplemente se cubre con arena", afirma Yasser Dweik, encargado de residuos del ayuntamiento de Hebrón. "No se trata de un vertedero, sino de solamente un depósito", apunta.

Un depósito que se ha convertido para numerosos habitantes de Jatta y Ad Dirat en su base de existencia. Especialmente hombres jóvenes y niños buscan metal, plástico y otros materiales entre la montaña de desperdicios, que luego venden o utilizan.

"La situación económica en Palestina es muy mala", explica Dweik. Entre 60 y 100 familias, estima, viven de la basura de Jatta. Especialmente valuados son los residuos de "más alta calidad" de los asentamientos judíos. "Cuando llega el camión desde Kiriat Arba, la gente se acumula en el portón, salta a la superficie de carga y hurgan con sus manos desnudas en la basura", relata Dweik. Actualmente el rendimiento no es grande. "Las cosas que todavía están buenas las venden los propios colonos", dice Ali. Antes, Ali solía encontrar pequeños tesoros más frecuentemente. "Pero ahora la basura es muy mala".

También Issa, que "trabaja" en el lugar desde hace nueve años, está frustrado. "Aquí hago entre diez y 20 shekel (entre 2,8 y 5,7 dólares) por día", sostiene. "Antes trabajaba en obras en Israel, pero ya no puedo ir allí", cuenta Issa. Desde el segundo levantamiento palestino conocido como Intifada, Israel restringió fuertemente la libertad de movimiento de los habitantes de Cisjordania. Solamente puede entrar en Israel quien cuenta con un permiso. Desde entonces, numerosos palestinos sufren de pobreza y desocupación, y sobreviven como pueden. (DPA)

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