CENTENARIO.- En un partido cambiante y bastante mal jugado, Independiente empató con el líder Deportivo Madryn, 2-2, y casi se despidió del sueño de la clasificación. Lo nota negra de la jornada la constituyó la violencia, ya que se produjeron incidentes afuera de la cancha de Centenario.

El primer tiempo fue malo, aunque al equipo de Julio Román se lo vio más sólido. Igual, la primera chance fue para el "Rojo", con un tiro libre que alcanzó a despejar Víctor Paz. Antes de la apertura del marcador se lo comió Andrés Erpen, pero a los 39 la visita encontró la apertura del marcador: Rodrigo Bona metió un centro al segundo palo y, ante las dudas de Nicolás Peralta, Daniel Pérez (la figura de la cancha) no perdonó.

El complemento depararía muchas emociones, sobre todo en el final. Poco había pasado en la cancha hasta que la atención del puñado de asistentes

se centró en lo que sucedía afuera del estadio. Es que las dos hinchadas se trenzaron a golpes y piedrazos y la policía reprimió con balas de goma. El panorama fue caótico en el ex

terior de la cancha, al menos durante unos 15 minutos y varios hinchas visitantes debieron retirarse con lesiones. Según el subcomisario Jara, sólo se demoró a un simpatizante de Madryn y se produjeron destrozos en un par de automóviles. Lo que nadie entendió fue por qué la policía no hizo nada cuando las dos hinchadas cruzaron el portón para enfrentarse.

Mientras eso acontecía afuera del Gigantes del Barrio Sarmiento, en la cancha Rafael Salvo aprovechó una contra y (al parecer en off side) puso el 1-1. Con la situación controlada en el exterior, el final fue apasionante. A los 25 y a los 36 se lo comió Scheffer y ocho minutos después, cuando se iba al partido, Jesús Mora se llenó de gol el botín izquierda.

¿Cuánto le duró la alegría al "Rojo"? Un minuto, lo que tardó Denis Nicosia en poner la igualdad de cabeza, tras un error de Peralta.