Los edificios se oscurecieron. El apagón mundial contra el cambio climático tiñó de negro varias ciudades.
La emblemática Opera House de Sydney y el Puente Harbour prácticamente desaparecieron de la vista ayer, durante sesenta minutos, en el inicio de La hora del Planeta, una campaña para reducir la energía, y subrayar el peligro y la amenaza que supone el cambio climático.
Aquí, en la Argentina, el gobierno se sumó y apagó las luces no esenciales durante una hora, para asumir el compromiso de reducir el uso de energía.
La Hora del Planeta, una campaña de concientización mundial sobre el calentamiento global, que impulsa la organización World Wildlife Fund (WWF), y que convocó a empresas, organismos públicos y a la población en general a apagar las luces no esenciales entre las 20 y las 21, hora local, empezó en Christchurch, Nueva Zelanda, y continuó a lo largo de 14 husos horarios, hasta finalizar en el horario del Pacífico en San Francisco (EE. UU).
Entre las ciudades de América Latina que se unieron en forma oficial a la convocatoria están Bogotá, Buenos Aires y Santa Cruz de la Sierra.
De acuerdo a la iniciativa, los ciudadanos del mundo tenían que apagar ayer sus luces entre las 20 y las 21.
Un compromiso que asumieron 26 de las ciudades más grandes del mundo, y otras 300 ciudades más pequeñas.
Google, por su parte, se sumó a la campaña y ayer, su carta de presentación era completamente negra.
El apagón es un símbolo del compromiso individual para reducir el uso de energía, por eso invitaban no sólo a apagar las luces sino también a cambiar las bombitas de bajo consumo.
Para Sydney no es nueva esta forma de manifestar su preocupación por el calentamiento global. En 2007 ya había sentado un precedente cuando se convirtió en la primera ciudad del mundo en llevar a cabo un apagón de estas dimensiones.
Se estima que dos millones de residentes formaron parte del apagón. Australia es uno de los mayores productores de dióxido de carbono y de otros gases que se cree contribuyen al calentamiento del planeta.
En Tailandia, cientos de personas se reunieron en el centro comercial más grande de Bangkok para ver las luces difuminarse.